La intendenta de la localidad santafecina de Ceres, Alejandra Dupouy, cuenta cómo se dictó el aislamiento tras un caso sospechoso, y luego confirmado, de coronavirus. Se trata del joven que tuvo relaciones sexuales con una cordobesa que volvió de Europa con síntomas de la enfermedad.

Ubicada en el noroeste santafecino, a sólo diez kilómetros de Santiago del Estero, se encuentra Ceres, la primera ciudad que entró en cuarentena en el país. Anticipándose a la decisión que luego tomaría Alberto Fernández para todo el territorio nacional, la localidad se encuentra prácticamente sitiada por las fuerzas policiales desde el domingo: salvo unas pocas excepciones, nadie puede entrar o salir. ¿El motivo detrás de este aislamiento? 19 chicos de la ciudad que salieron de fiesta a la vecina localidad santiagueña de Selva, en compañía de un joven que tuvo relaciones sexuales con una mujer de Córdoba recién llegada de España y que, finalmente se comprobó, tiene coronavirus .

Cinco días antes de confirmada la infección, el gobernador Omar Perotti emitió un decreto oficial ordenando la cuarentena total de la ciudad. En diálogo con PáginaI12, la intendenta radical de Ceres, Alejandra Dupouy, se refirió a las dificultades de poner en cuarentena a una población de 25 mil habitantes, las reacciones de los habitantes, el efecto que la medida tiene en una economía dedicada principalmente al agro y los roces con el gobierno provincial a la hora de garantizar el aislamiento efectivo de toda una ciudad.

«Todo comenzó con un decreto que emitió la Municipalidad el viernes que empezaba a realizar prohibiciones parciales a eventos multitudinarios, como casamientos y cumpleaños de 15, y lugares en donde se junta mucha gente, como discotecas y pubs. Como ese día nosotros habíamos cerrado todo, un grupo de chicos de entre 18 y 20 años se fue a un cumpleaños en Selva», repasa la intendenta. «Al día siguiente nos despertamos con la noticia de que el chico del cumpleaños había comenzado a tener síntomas de coronavirus y que había estado en contacto directo con una chica en Córdoba a la que le habían diagnosticado ya el virus. Desde la Junta de Defensa Civi, confeccionamos automáticamente un listado de las personas que habían concurrido al cumpleaños». recuerda

– ¿Qué implicó, desde el primer día, la cuarentena?

– Que nadie puede entrar o salir de la ciudad. De todas maneras tuvimos que empezar a otorgar unos permisos porque, cuando bajamos la barrera, se nos empezó a armar un desbarajuste con todas las personas que prestan un servicio al agro, productores ganaderos o lecheros, veterinarios, aplicadores de agroquímicos. Tuvimos que ir ajustando y dando permisos estrictos porque tenemos la particularidad de ser una ciudad del noroeste de la provincia, cuya economía regional mas fuerte viene del agro. El Ministerio de Salud y de Seguridad de la provincia habían sido muy duros con la cuarentena y tuvimos que ir suavizando algunas cuestiones frente al nerviosismo y el enojo de muchos sectores de la población que, me parece, no entienden aún que estas medidas de restricción son para garantizar la salud de todos.

– ¿Y cómo va llevando la población la cuarentena?

– Al principio muchos se lo tomaron como un chiste, como que estábamos exagerando. Y hay otra gente que está muy atenta a lo que dice la Junta de Defensa Civil, que es la palabra oficial, porque esto va cambiando constantemente. Con las restricciones, por ejemplo, empezamos a dar permisos y comenzamos a recibir denuncias de todos lados de que los productores, en vez de irse al campo, se iban a otras localidades a pasear, a tomar mate o a hacer compras. La gente no termina de tomar conciencia a veces de la dimensión que implica una medida de restricción y del significado de una pandemia.

La cuarentena que se dictó ahora a nivel país, la estamos viviendo en Ceres desde hace días. Y hay muchos comercios que ya están empezando a sufrir el impacto de esta medida. Por eso hice un pedido al gobernador, para que tenga especial atención a los sectores más vulnerables, los que viven de la economía informal, de la changa, que hoy por hoy no están pudiendo trabajar. El pedido es de alimentos y para pensar algún subsidio o financiamiento para ayudar a los sectores que están más golpeados. Y que más lo estarán. Tenemos que estar preparados y organizados para contener a los sectores más desprotegidos. Esto va a ser largo y es grave.

– Hizo también un pedido para que interviniese el Ejército o el Ministerio de Seguridad de la provincia, para garantizar el aislamiento de la ciudad. 

– El domingo a las 14 el gobernador había decretado la cuarentena de la ciudad, y el lunes por la mañana los controles para el ingreso y egreso de personas ya eran imposibles. Evidentemente llevó un tiempo que el Estado provincial pudiera organizar los recursos humanos policiales para concentrarlos en Ceres, pero, mientras tanto, la gente empezó a entrar en psicosis y a denunciar en las redes que todo el mundo entraba, que todo el mundo salía. Y ahí fue que le hice un pedido al ministro de Seguridad para que garantizase la medida que el propio gobierno había bajado. Si bien creo que hay muchas cosas que quedan por ajustar, la medida que tomó el gobernador fue la acertada.

– ¿Qué opina de la respuesta del ministro de Seguridad, Marcelo Saín, quien criticó el pedido y lo calificó de «politiquería barata»?

– Yo estaba muy ocupada atajando problemas de todos lados cuando me empezaron a llegar capturas de que el ministro me había contestado por Twitter, y la verdad que no lo podía creer. Me parecieron declaraciones totalmente desacertadas e inoportunas para el momento de coyuntura. Creo que le queda muy grande el traje de ministro.