El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) registró un 60% de avance en las excavaciones intensivas que se realizan en la zona conocida como Loma del Torito.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó el hallazgo de restos óseos humanos en el predio del ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio «La Perla», en la provincia de Córdoba. Este descubrimiento se produce en el marco de la causa judicial que investiga la existencia de enterramientos clandestinos en el vasto predio, uno de los símbolos más dolorosos del terrorismo de Estado en Argentina.
Según informa el medio local, El Resaltador, si bien el EAAF realiza búsquedas sistemáticas en el predio desde el año 2004 a pedido del Juzgado Federal N°3, la reciente etapa de excavaciones que condujo al hallazgo fue impulsada tras la constitución de 26 familiares como querellantes. El caso avanza en el juzgado a cargo de Miguel Hugo Vaca Narvaja.
Las voces de la Justicia y la ciencia concuerdan en que el hallazgo es clave
En una conferencia, quien se encuentra a cargo del proyecto, la investigadora Silvana Turner, resaltó que «el contexto de recuperación y dispersión» de los huesos «es consistente con la hipótesis de investigación, inhumaciones clandestinas de personas detenidas-desaparecidas».
El comunicado de los familiares después de la visita a La Perla: una mezcla entre alegría y tristeza
El Colectivo de Familiares Querellantes emitió un comunicado, compartido en la página de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, que expresa el impacto del hallazgo y denuncia el accionar del Ejército Argentino en el pasado y la inacción del Estado. El texto señala: «Caminamos entre la tierra removida. Muchos lloramos. Sentimos alegría por haberlos encontrado y también una profunda tristeza.»
Los familiares realizan una denuncia concreta: «49 años después, estas lomas nos revelan certezas. Que nuestros familiares están allí, cerca de La Perla de dónde los sacaron para matarlos, como lo dijeron sobrevivientes desde 1980. Que el Ejército Argentino siempre supo dónde estaban (y están): en terrenos de ellos. Que con su silencio siguen manteniéndolos secuestrados. Que el Estado argentino no los buscó lo suficiente.»
Los restos pasarán ahora a los laboratorios del EAAF para la extracción de ADN y su posterior cotejo con el Banco Nacional de Datos Genéticos, con el objetivo de restituir la identidad a las víctimas del terrorismo de Estado.





