Emoción tras el masivo apoyo a Cristina Kirchner
«Verlos desquiciados, enojados con el balcón, con la calle», el editorial de Víctor Hugo
En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana destacó la masiva movilización popular en apoyo a Cristina Kirchner y cómo la alegría y el agradecimiento de las personas contrastaba con la cobertura mediática.
En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó cómo mientras que en la Plaza de Mayo miles de personas, emocionadas, alzaban la voz pidiendo una verdadera justicia para Cristina Kirchner, pidiendo por un pasar mejor, por más derechos y recuperar la calidad de vida que alguna vez tuvieron, los medios de comunicación concentrados seguian expandiendo un discurso de odio y sin entender el amor del pueblo
El editorial de Víctor Hugo Morales
Ser multitud. Ser pueblo. Gritar una verdad que se siente, sin la impostación que tiene la mentira. También se puede ser otros, todos somos Vicentin, por ejemplo. TN, todos nosotros.
Hay recuerdos de esos fenómenos de gente contra barbijos y vacunas, ser cacerola, ser rating de los enloquecidos voceros del sistema. Anoche estaban tan locos. Un zapping de medio minuto era suficiente para verlos desquiciados, enojados con el balcón, la calle, la plaza, los pibes al hombro. Son otros, no nosotros.
Horas de amor en aras de la reconstrucción, de la justicia, de la democracia. Un apego a una verdad sentida y grata, convirtiendo la ofensa en eso que resbala como chisme de vecina.
Ir al abrazo con las manos entibiadas por un sol cómplice, un guiño celeste, una luz como la del alma cuando se hace buena, cuando algo noble se mete en el cuerpo. Andar de tropiezo y pies pisados, empujando y desempujando, yendo a alguna parte que no se sabe dónde es. Y llegar al horizonte de todos, como a una utopía de plaza y de cantos.
Cristina lo hizo posible. Otra vez. Había tantos de los que agradecían la jubilación, un Procrear, una computadora, un matrimonio igualitario, un autito, una universidad cercana, un sueño que se hizo posible, un Estado, mil caminos y escuelas, un retorno al país, una revolución que era posible.
Ni fusiles ni fusibles. Un proyecto de vida aún viviendo en el capitalismo, con un cierto decoro, sin pasar la gorra como mendigos por el mundo, sin arrodillarse ante nadie, en nombre de los nadies que construyen multitudes de gratitud, como ayer se vio.
Las voces de la muchedumbre parecían reverberar en la sábana dorada que cubría la plaza. Desde el 1111 llegó la palabra: «Los pueblos siempre vuelven«. El pueblo cantó sobre la justicia y el periodismo mafioso.
Desde el 1111 vino «qué cachivaches que son». En la plaza, carteles hechos a mano agradeciendo. Del 1111: «Este país no fue ninguna utopía, lo vivimos». Aguiar, el sindicalista, dijo que la movilización fue masiva y sin la CGT. Desde el balcón 1111 respondieron: “Tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria».
La mafia hoy titula que CFK no tuvo un 17 de octubre. Por una vez, dijeron la verdad. Era 18 de junio. Y el sol no se podía tapar con un diario.