Mientras el gobierno de Javier Milei proclama transparencia y ética, el Ministerio de Defensa enfrenta un aluvión de escándalos que involucran a altas esferas de las Fuerzas Armadas. Desde el espionaje para empresas privadas, indebido uso de aviones oficiales, vacaciones pagas con fondos públicos, robo sistemático de repuestos de aeronaves y el abuso sexual son algunas de las características que configuran la gestión libertaria plagada de irregularidades.
La corrupción libertaria llegó a las instituciones militares
(Por Walter Onorato – @WalterOnorato) La promesa de Javier Milei, en campaña electoral, rozaba el estilo de un pastor evangélico. La ilusión de una supuesta regeneración moral quedaron hoy en día en lo que verdaderamente fue: una mera declamación proselitista.
El Ministerio de Defensa argentino se encuentra en el epicentro de denuncias que desnudan un entramado de corrupción, espionaje ilegal y abuso de poder sin precedentes. Funcionarios de alto rango de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar, con vínculos que van desde empresas extranjeras hasta sectores militares locales, están siendo investigados por una serie de delitos que incluyen el espionaje industrial para beneficiar a capitales alemanes, el desvío de fondos públicos y el encubrimiento de abusos sexuales.
Mientras se profundiza las investigaciones judiciales, emergen detalles de operaciones clandestinas que ponen en jaque la soberanía nacional y cuestionan la integridad del gobierno de turno. Desde el uso indebido de aeronaves militares para vacaciones familiares hasta la manipulación de recursos estratégicos como el litio, las evidencias revelan un patrón sistemático de saqueo y traición a los intereses nacionales. ¿Hasta dónde llega esta red de corrupción? ¿Y qué rol juegan Luis Petri, Patricia Bullrich (jefa política del ministro) y Javier Milei como autoridades encargadas de supervisar estos delitos?
Una cosa queda clara: lo que parecía una estructura militar dedicada a la defensa nacional, hoy se presenta como una maquinaria al servicio de intereses privados y agendas de emprendimientos privados poco claros.
Corrupción militar bajo el gobierno de Milei: espionaje para empresas alemanas , robo de autopartes
, abuso sexual encubierto
y vacaciones pagas con fondos públicos
. La “casta” libertaria opera desde el Ministerio de Defensa.