El secretario general de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, llamó a los dirigentes sindicales a dejar de lado la pasividad y salir a representar la bronca que tienen los trabajadores contra un Gobierno que afecta día a día su calidad de vida.
El secretario general de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, destacó la renuncia de Pablo Moyano a la conducción de la CGT y aseguró que “era imposible sostener” la situación actual de disconformidad con el rumbo de la central sindical. «Es muy difícil estar en una mesa donde los dirigentes sindicales dicen que no hay motivos para una nueva huelga», se quejó el sindicalista en declaraciones a la 750.
Yofra comenzó señalado que, para él, Moyano ya tenía pensado renunciar a su asiento como secretario general. Esto se debe a que el líder de Camioneros “siempre hizo muchas cosas que la CGT no”, en concreto, siempre disputó más abiertamente y de forma constante contra el Gobierno de Javier Milei.
“Es muy difícil estar en una mesa donde los dirigentes sindicales dicen que no hay motivos para una nueva huelga. Yo creo que este grupo de dirigentes ya aceptó la reforma laboral, porque evidentemente a sus trabajadores ya se las venían aplicando. En la práctica, se da antes de que salga como una ley”, afirmó.
En otras palabras, afirmó que la CGT en este primer año de gestión de La Libertad Avanza “tiró por la borda 100 años de lucha sindical, de dirigentes que fueron encarcelados, desaparecieron por pelear por esos derechos”.
Por eso, sobre la salida de Moyano, terminó sintetizando con contundencia: “Lo que habría que preguntarse es por qué no lo hizo antes. Pero debe tener sus razones. Creo que le deben haber dicho que no era el momento. Pero era imposible sostener esta situación”.
En tanto, sobre la situación general del arco sindical, afirmó que “todo es preocupante». «La situación sigue mala para los que ya venían mal antes de este Gobierno, y se empeoró», enfatizó, y resaltó que no sabe «a qué le llamarán ‘veranito’. Me parece que la falta de consumo es producto de la desocupación, de la pobreza, del alza de precios”.
“Hay una situación que creo que fue el detonante de la pasividad de la CGT. Primero, la renuncia de Paco Manrique y después la de Moyano, dos referentes del movimiento obrero para organizar la bronca que tienen los trabajadores al no ver satisfechas las necesidades que tenían antes”, aseguró.
Luego, finalizó: “Es un combo que puede explotar, porque hay mucha necesidad y no hay respuesta. Tampoco tenemos una oposición hacia las políticas que viene teniendo este Gobierno. Necesitamos dirigentes que se pongan al frente de la bronca y las necesidades”.