En una entrevista incisiva, Mario ‘Paco’ Manrique cuestiona la pasividad de la CGT y el papel del sindicalismo frente a las políticas de ajuste de Javier Milei. Con frases cargadas de denuncia, el diputado de UxP describe un panorama desolador: un movimiento obrero dividido y en retroceso, trabajadores al borde de la desesperación y un gobierno que no deja espacio para los consensos.

En un país donde los derechos laborales están en juego, la voz de Mario ‘Paco’ Manrique, diputado nacional de Unión por la Patria (UxP), resuena como un martillo contra el yunque del ajuste. Durante su entrevista con Víctor Mastrangelo en **AM530, Somos Radio**, el dirigente no escatimó palabras para describir lo que considera un “fracaso histórico” del movimiento obrero en Argentina.

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“El Gobierno nos declaró la guerra”, afirmó con un tono que combinaba frustración y urgencia. Según Manrique, el Ejecutivo liderado por Javier Milei ha eliminado cualquier espacio para el diálogo o los grises, reduciendo el escenario político a un campo de batalla donde “o te paras en lo blanco o en lo negro”.

El ajuste aplicado por el gobierno, que ha afectado especialmente a los empleados estatales, fue descrito por el dirigente como una “carnicería”. Manrique señala que esta estrategia de despidos masivos y recortes no solo destruye el tejido social, sino que además deja al movimiento sindical sin herramientas efectivas para responder. “Pretender buscar equilibrios y consensos con este Gobierno es perder el tiempo”, sentenció.

 

Uno de los blancos principales de las críticas de Manrique fue la Confederación General del Trabajo (CGT). Con dureza, el dirigente cuestionó la falta de acción del principal organismo sindical del país: “Es muy triste el papel que está haciendo la CGT. Si seguimos así, los laburantes le van a pisar la espalda al movimiento obrero”.

Manrique denuncia que la CGT parece haber caído en una especie de parálisis, incapaz de articular una respuesta efectiva al ajuste brutal que enfrenta la clase trabajadora. Aseguró que el actual liderazgo no está a la altura de las circunstancias y que la pasividad solo profundiza el malestar social. “Si no modificamos el plan de lucha, estamos haciendo el papel de idiotas útiles”, advirtió.

La fragentación del movimiento obrero también fue objeto de análisis por parte de Manrique, quien lamentó la falta de unidad en las filas sindicales. Aunque comparte posturas con dirigentes como Pablo Moyano, señaló que el peso de la lucha no puede recaer únicamente en una figura. “La conducción del movimiento obrero tiene que cambiar, pero primero hay que pelearla adentro”, subrayó, dejando en claro que la renovación es una necesidad urgente.

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Manrique llamó a un replanteo profundo del movimiento sindical para recuperar su fuerza histórica. De lo contrario, afirmó, el fracaso del sindicalismo en este contexto podría marcar un punto de no retorno.

Otro aspecto que resaltó fue el rol del Congreso en el debate presupuestario. Según el dirigente, las discusiones más importantes están ocurriendo fuera del ámbito legislativo, lo que socava la transparencia y la institucionalidad. “El presupuesto se está discutiendo fuera del Congreso”, denunció, criticando la manera en que el oficialismo de Milei maneja los recursos públicos.

Para Manrique, el gobierno actual se sostiene sobre promesas incumplidas y una narrativa que busca desviar la atención hacia denuncias de corrupción, mientras la Justicia permanece, según él, “pintada”. Esto, sumado a una CGT que no logra articularse como un verdadero contrapeso, configura un panorama sombrío para los trabajadores argentinos.

El dirigente no dudó en advertir sobre las consecuencias devastadoras que podría tener la continuidad de las políticas actuales. “Si no le ponemos un freno a Milei, va a dejar tierra arrasada”, aseguró. Esta frase, que combina desesperación con un llamado a la acción, sintetiza el diagnóstico de Manrique: un país en el que los derechos conquistados están siendo desmantelados y el futuro laboral de millones de argentinos está en peligro.

La narrativa de Manrique refleja la frustración de una parte importante del sindicalismo y de los sectores populares, que observan con preocupación cómo las políticas de ajuste están minando los pilares del estado de bienestar. En este contexto, su llamado no solo busca despertar al movimiento obrero, sino también generar conciencia sobre la urgencia de construir un frente común para detener lo que describe como una maquinaria de destrucción social.

La entrevista de Mario ‘Paco’ Manrique es un recordatorio contundente de la fragilidad del movimiento sindical en tiempos de ajuste. Mientras la CGT enfrenta críticas internas y el gobierno avanza sin consenso, las palabras del dirigente resuenan como un llamado a la acción para evitar lo que él denomina “un fracaso histórico”. La pregunta que queda es si el movimiento obrero podrá reconfigurarse a tiempo para frenar la agenda de Javier Milei y proteger los derechos de los trabajadores.