Cientos de personas participaron del acto, realizado en la ermita construida frente al lugar donde fue emboscado el obispo, el 4 de agosto de 1976. Al encuentro, convocado para recordar el martirio del Beato muerto por orden de la dictadura cívico militar, asistió el gobernador Ricardo Quintela.
El domingo 4 de agosto se cumplieron 48 años del asesinato del beato riojano Enrique Angelelli, ocurrido en 1976, durante la última dictadura cívico-militar.
La actividad central se desarrolló desde la mañana en el Paraje El Pastor, en Punta de los Llanos, a 100 kilómetros de la ciudad de La Rioja.
Participaron del homenaje a Angelelli y otros tres mártires riojanos, autoridades provinciales, encabezadas por el gobernador Ricardo Quintela y el secretario de Derechos Humanos Délfor Brizuela.
El encuentro comunitario, que reunió a un millar de peregrinos, provenientes de distintos puntos de la provincia e incluso de Córdoba y otras provincias, contempló una misa y un recorrido por las obras del del Parque Temático “Martirio y Memoria”, que fueron bendecidas por el obispo Dante Braida.
A las 15, la hora en que fue emboscado Enrique Angelelli -en lo que la dictadura presentó como un «accidente»- los peregrinos se reunieron al margen de la Ruta Nacional 38, para elevar oraciones y rendir un sentido homenaje al obispo.
El día de su trágica muerte, Angelelli se trasladaba en una camioneta Fiat Multicarga que, tras ser encerrada por un auto, volcó sobre Ruta Nacional 38.
Cuatro mártires riojanos
Monseñor Enrique Angelelli fue asesinado el 4 de agosto de 1976. Al momento de su muerte, investigaba los crímenes de otras tres personas, dos de ellas miembros de la Iglesia
El franciscano Carlos de Dios Murias y el sacerdote Gabriel Longueville, habían sido secuestrados y asesinados el 18 de julio en Chamical. En tanto, el laico Wenceslao Pedernera, activista rural y cooperativista, fue asesinado por un grupo de tareas del Ejército el 25 de julio de 1976, en Chilecito.
«Todo comenzó cuando se plantó la primera cruz»
El obispo de La Rioja, Dante Gustavo Braida, fue quien ofició la celebración de la misa. Ante La Nueva Mañana resaltó la «ermita» construída en el lugar donde fue asesinado monseñor Angelelli. «Este espacio nos acoge para compartir un rato de oración, para escuchar al Señor y a acercarnos más a la figura de Angelelli», sostuvo.
El titular de la diócesis riojana celebró la construcción que se incorporará al sitio de memoria, señalizado en su momento por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. «Se está construyendo un parque temático para poder acercarnos más a su vida y su legado. Es muy fuerte cómo lo asume toda esta región y los fieles».
El prelado recordó los primeros tiempos: «Desde la primera hora, cuando no había nada, se plantó la primera cruz que está ahí afuera, la gente empezó a venir, primero con mucho miedo, con miedo y temor de que pueda pasar algo, pero venía igual».
Y concluyó, con una reflexión sobre el legado de monseñor Enrique Angelelli: «Él nos ayudó mucho a descubrir que la Iglesia es una familia para todos, y es una casa que tiene que albergar a todos, y para eso es importante que cada bautizado descubra su propio lugar. Eso nos ilumina mucho hoy, para que tengamos una Iglesia abierta».