Pesar tras el fallecimiento en la tarde de hoy de la ex diputada nacional Alcira Argumedo. Alcira Susana Argumedo nació en Rosario, Provincia de Santa Fe, un 7 de mayo de 1940, en el seno de una familia de clase media acomodada. Su padre era médico pediatra y su madre, una mujer separada con tres hijas de su primer matrimonio, ama de casa. En 1959 ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras. Aunque inicialmente pensaba estudiar Psicología, se decidió luego por Sociología. En su primer día en la facultad, conoció a Susana Checa, con quien mantendría una relación a lo largo de toda su vida. En 1962, participó en la huelga a la cátedra de metodología a cargo de Regina «Perla» Gibaja, junto a Daniel Hopen, Susana Checa y muchos otros estudiantes. En la protesta, se proclamaron «contra el empirismo abstracto» (concepto inspirado en la obra La imaginación sociológica del sociólogo norteamericano W. Mills, que había sido recientemente publicada) que para ellos/as se encarnaba en las perspectivas y epistemologías que reinaban en la carrera de sociología. En ese mismo año, en un encuentro de sociología latinoamericano en el que también participan Gino Germani y Torcuato Di Tella, conocen al sociólogo colombiano Camilo Torres, una figura influyente para su generación, que buscaba una mirada crítica sobre qué era y qué tenía que ser la sociología. Un grupo de estudiantes, entre los que se encontraba Alcira, mantenían reuniones de lectura sobre autores y textos que no eran parte de la currícula. Los días sábados Marcos Szlachter (quien moriría en 1964 en la guerrilla del Ejército Guerrillero del Pueblo, en Orán, Salta) coordinaba la lectura sobre El Capital de Karl Marx. Eran los años de la Revolución Cubana y la política había llegado con fuerza a la vida universitaria, cuando muchos/as estudiantes comienzan un acercamiento al peronismo. En el caso de Alcira, este acercamiento se vincula con su militancia en el barrio Kolynos (Berazategui, Buenos Aires), que considera su otro gran ámbito de formación. A comienzos de los años 60, conoció al entonces estudiante de filosofía Gunnar Olsson, quien se convirtió en su marido y padre de sus hijos. Alcira provenía de una familia antiperonista, mientras que Gunnar se había criado próximo a la familia de Scalabrini Ortiz, a quienes Alcira considerará su familia política y una influencia en su formación política. Se desempeñó en sus años de estudiante como auxiliar docente en Introducción a la sociología, hasta que obtuvo su licenciatura en Sociología en 1965, convirtiéndose en la graduada número 28 de la carrera. Con el golpe de Estado de Onganía de 1966, llegó la intervención de la facultad y Alcira renunció a su cargo. Se sumó al grupo de estudio sobre América Latina organizado por José Luis Romero y Gregorio Selser. En ese mismo año, los sociólogos Justino O´Farrell y Gonzalo Cárdenas obtuvieron cargos que habían quedado vacantes en la carrera de sociología tras la intervención y se dispusieron a incorporar bibliografía de pensadores nacionales y latinoamericanos, así como a nuevos/as docentes. Sería el inicio de las llamadas Cátedras Nacionales (CN) en la Facultad de Filosofía y Letras (1968-1971), experiencia que tendrá a Alcira como una de sus protagonistas, junto con intelectuales como Roberto Carri, Horacio González, Susana Checa, Jorge Carpio, entre otros – hasta que una nueva intervención militar puso fin a la experiencia. En 1973, con el gobierno peronista, O´Farrell es designado interventor y muchos de los docentes de las CN vuelven a la universidad. Los ex miembros de las CN protagonizaron entonces la creación del Instituto del Tercer Mundo «Manuel Ugarte», dependiente de Filosofía y Letras y luego del Rectorado de la Universidad, donde Alcira se desempeñó como Directora. Por esos años, publicó textos en la revista Envido (70-73), dirigida por Arturo Armada y muy cercana a la experiencia de las CN. Y entre 1973-1974, se desempeñó como Secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires. Colaboró arduamente con la difusión clandestina de «La hora de los Hornos», del cineasta Pino Solanas, con quien mantuvo un vínculo trabajo y amistad (muchos años después, participó como investigadora en los documentales «Memoria del saqueo» (2004) y «La dignidad de los nadies» (2005)). Paralelamente, en 1969, Alcira había ingresado como Directora del Proyecto de Empadronamiento previo al Censo de Población de 1970 en el entonces recién creado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Colaboró en distintas investigaciones sobre tendencias socio-económicas del sector agropecuario, sobre la estructura de ingresos de la población asalariada y sobre los trabajadores/as por cuenta propia en el sector industrial. Con el golpe cívico-militar en 1976, fue despedida del INDEC. Se ocultó por un tiempo en Rosario y luego se exilió en México junto a su familia, donde permaneció hasta el regreso de la democracia. Instalada en México, Gregorio Selser le ofreció un trabajo en el Instituto Latinoamericano de Estudios Trasnacionales (ILET), donde conoció a Gabriel García Marquez y Juan Somavía, convirtiéndose en su asesora para el debate en la UNESCO sobre comunicación, en el que ambos participaron en calidad de representantes latinoamericanos. A su regreso en 1983, se convirtió en la Directora de la Sede Buenos Aires del Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales y, un año más tarde, se sumó como miembro de la Comisión para la creación de la carrera de Comunicación de la futura Facultad de Ciencias Sociales (Facultad que se creará en 1988, siendo la nueva sede de la carrera de sociología). Por entonces se incorporó como Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), donde alcanzará el cargo de Investigadora Independiente. En 1985 publica «Los laberintos de las crisis. América Latina: poder transnacional y comunicaciones» y en 1987 «Un horizonte sin certezas. América Latina frente a la revolución científico-técnica». En 1986, obtiene el cargo de Profesora Titular de la Cátedra Teoría Social Latinoamericana en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, siendo una de las pocas mujeres en convertirse en Titular en la carrera de Sociología. Años más tarde, en 1993, publica uno de sus libros más reconocidos, «Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular», referencia clave en los trabajos sobre teoría social latinoamericana. A comienzos de los 90, participa junto a Pino Solanas de la creación de un nuevo partido político, el Frente Grande. Muchos años más tarde, en 2007, participa de la creación de Proyecto Sur, partido por el que resultó electa diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires en las elecciones de 2009 y también de 2013. Fue Profesora Consulta e Investigadora de la Universidad de Buenos Aires y directora de la Revista Laberinto, además de frecuente columnista de opinión en diversos medios de comunicación. En los últimos años realizó una fuerte ofensiva contra las políticas neoliberales y fundamentalmente repudio cada una de las políticas antisociales del macrismo. Nuestro enorme pesar y condolencias para la familia. Una gran pérdida. ¡Gracias Alcira!