ORTIZ, Nelly Esther
A la edad de 46 años fue secuestrada por un grupo de tareas de la ESMA en el trayecto que va desde su casa al Hospital Italiano en el barrio porteño de Almagro. Ocurrió el 25 de noviembre de 1976. Se sabe que ya secuestrada y en poder de sus captores se tiró por una ventana para perder su vida y no dar información a sus verdugos. Se desnucó y murió en el acto. Ella militaba en la organización peronista Montoneros; fue fiel al último mandato de la misma, en relación a la conducta a mostrar frente a un secuestro inevitable y consumado que lleva a la degradación humana. Siempre se manejó en ámbitos del Poder Judicial. Fue una de las primeras mujeres fiscales que tuvo nuestro país. En un principio fue nombrada en los ’50 para laborar en Ushuaia, Tierra del Fuego. Para 1965 se volvió a Buenos Aires y comienza a desempeñarse como Fiscal de Primera Instancia en el Fuero Penal Económico, cargo que ocupó hasta su jubilación, el 22 de diciembre de 1975. Estaba casada con el defensor público oficial Guillermo Raúl “El Chino” Díaz Lestrem (ver su registro) con quien tuvo un hijo de nombre Martín. Los empleados de la Fiscalía la recuerdan en invierno, siempre vestida con poncho salteño, rojo con vivos negros. Comía en la misma mesa que el resto de los empleados sin hacer ostentación de cargo alguno; era una más en el conjunto. De aquella época le quedó el sobrenombre de “La Implacable” ya que tuvo algunos de los expedientes más importantes del fuero con el fin de investigar posibles casos de criminalidad económica que involucraban a empresas como Bunge & Born, Papel Prensa, Xerox, etc. Se mostró dura, estricta e insobornable. Como se puede apreciar –para los poderosos en Argentina- no solo por su elección política había razones para matarla. Cuando fue secuestrado su marido a fines de marzo de 1976 por razones de seguridad se cambió el nombre y apellido pasando a llamarse Rosa Gallo dejando además a su hijo a cargo de la abuela. Desde el lunes 5 de mayo de 2014, el salón auditorio de la sede de Avenida de Mayo de la Procuración lleva su nombre luego de un acto presidido por la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, ante la presencia de la titular de Justicia Legítima, María Laura Garrigós de Rébori y de Esteban Righi. Como era de esperar la conducción de la Asociación de Magistrados no envió ni siquiera un texto de adhesión y el secretario general de los Empleados Judiciales, Julio Piumato ni se dio por enterado. Los medios (empresarios) concentrados ningunearon el homenaje. Righi a quien nombre antes, dijo en la ceremonia públicamente, refiriéndose a Ortíz y a su marido: “Quienes lucharon por una patria infinitamente más justa, libre y soberana, también por el camino de las armas, creían en el Derecho. Buscaban entre sus pliegues y contradicciones un ordenamiento social mucho más humano. Querían que la Justicia y la Democracia se parecieran de una vez y para siempre a las bellas palabras que las nombran”.