«La manifestación del 12, nunca mejor referencia al canal cordobés auspiciante, presenta dudas acerca de si la fecha elegida tuvo o no relación con el homenaje a los saqueadores de mil cuatrocientos noventa y dos.PANDEMIA

Como si formaran parte de la barra brava de Pinzón, algunos de los jóvenes que invadieron las tierras del Patio Olmos, luego de la fiesta, la bebida y el baile, concurrieron, mal dormidos, a hisoparse preventivamente, a la mañana siguiente, en la vieja Terminal.

Otros, como si fueran portadores asintomáticos del sarampión o la viruela de los ambiciosos acompañantes de Cortéz y Pizarro, festejaban las delicias de la inconciencia con carteles que burlonamente convocaban desafiantes, entre risa y cerveza, a un encuentro en el Hospital Rawson.

Mientras la jarana de los libertarios se desarrollaba en la ciudad de Córdoba, paradójicamente en torno a la llamada “Fuente del Perdón”, en Jesús María, al ritmo de tractores y las 4×4 con carteles que decían “No a la infectadura”, en el hospital Vicente Agüero, moría infectado de Covid 19 el enfermero de treinta y ocho años Leonardo Quiróz.

En declaraciones a La Nueva Mañana, el médico Eduardo Maturana, especialista en infectología y epidemiología, contaba que a las diez camas de terapia para pacientes Covid, se le sumaron veintiseis de la sala común, y en los próximos días, dada la alta demanda de hospitalización, se convertirá la sala de internación obstetricia en internación para Covid.

«De acuerdo a la evolución de cada pacientes vamos viendo quién pasa a terapia y quién no. Pero tenemos algunos que deberían estar en terapia y no lo están porque no nos dan las camas. Pero lo más desesperante es que no tenemos personal para sostener el tratamiento. O estamos aislados, como es mi caso por ahora, o infectados o muertos como Leo. El desconsuelo es tremendo».

Los manifestantes del 12 parecían marchar guionados por los creadores de “La vida de Brian”. Muchaches que dicen que están cansados del encierro mientras marchan libremente buscando, sin éxito, que alguien los detenga. Y gritan “Que viva la democracia”, al tiempo que exigen que el presidente votado en elecciones libres el año pasado se vaya y la vicepresidenta sea lapidada».