«Incierto» y «desolador». Con estas crudas palabras los empresarios describieron el panorama actual del sector. Se quejan de las «trabas» para acceder a créditos.
¿Cómo trabajarán los hoteles cuando puedan reabrir? No se sabe. Tampoco es lo que se preguntan los empresarios del sector, cuando solo les preocupa cómo sobrevivir ahora. Desde el comienzo de la cuarentena todos los establecimientos están cerrados.
Si bien San Francisco no es una plaza turística, cuenta con una capacidad hotelera muy interesante que en su mayoría tiene como huéspedes frecuentes a los viajantes que durante el año llegan a hacer negocios. Y en época de vacaciones están los turistas «de una noche» quienes al otro día cargan las valijas para seguir rumbo a su descanso. Esto la concierte en una «ciudad dormitorio».
Hoy, lejos de ese movimiento, todo es incertidumbre y desolación.
La inactividad total en el sector desde el 20 de marzo llevó a que los responsables de estos establecimientos reconozcan la grave situación que atraviesan.
Imposibilitados de trabajar, los hoteleros están echando mano a los escasos recursos propios que aún disponen para hacer frente a sus obligaciones como el pago de sueldos y servicios aunque si esto se sigue prolongando, no saben muy bien hasta cuándo podrán continuar sin interrumpir la cadena de pagos.
«Incierto» y «desolador», fueron las palabras más veces utilizadas por los hoteleros consultados por LA VOZ DE SAN JUSTO.
La indefinición respecto a cuándo podrán retomar su actividad los inquiete, aunque ahora solo piensan en cómo seguir día a día.
Rosalía Ricobelli, propietaria del Hotel Libertador -Bv. 25 de Mayo 1783- explicó que en esta situación «nos administramos como podemos» y en su caso, reconoció que «se cortó la cadena de pagos» a proveedores y «terminamos de pagar los sueldos de marzo».
«Nuestro futuro es muy incierto», indicó en cuanto a la posibilidad de acceder a mecanismos financieros para paliar la situación desesperante.
«Estamos esperando alguna ayuda. La asistencia de la banca privada nunca llegó y el Estado hasta ahora nos ha brindado muy poco a través de bancos oficiales», comentó Rosalía.
Empiezan a dejar servicios
La llegada de las facturas por servicios de telefonía y televisión por cable continúa y hay que hacerles frente pese a que no tienen huéspedes que les aseguren ingresos genuinos.
«Este tema nos preocupa mucho. Estos servicios en este momento nos generan muchos problemas porque no nos hacen caso cuando solicitamos un corte, pero cuando lo tengamos que volver a usar nos van a cortar por falta de pago», agregó.
En el Hotel Menfis -Bv. 25 de Mayo 2517- la situación es similar.
Alicia Casale explicó que «estamos pasando por un panorama muy preocupante. Desde que comenzó el aislamiento vivimos un momento difícil y muy especial porque no tenemos ingresos que hace que esto sea muy duro».
Muchos hoteleros se anotaron en el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), para poder pagar los haberes de abril. No obstante, todavía no tienen novedades sobre la llegada de la ayuda.
«Nosotros hicimos el trámite y no sabemos qué porcentaje vamos a recibir. Si bien es una ayuda, aún no sabemos cuándo la vamos a recibir», dijo la entrevistada.
«No hay una respuesta contundente del Estado»
Piden que se los incluya en las actividades exceptuadas lo más pronto posible. El impacto económico que provocó la cuarentena se agravará en caso de mantenerse la estricta normativa por largo tiempo más.
«Las cuentas hay que pagarlas, esas no esperan porque la fecha de vencimiento sigue ahí. Estamos pasando un momento muy difícil», insistió Rosalía.
Gabriel Vicentini, propietario del Hotel Dunhill -Iturraspe 1994- coincidió con el diagnóstico de sus colegas al señalar que «vivimos una situación muy difícil» por pertenecer a un sector de empresas de servicio que no pueden prestar actividad desde el inicio de las restricciones.
«La inactividad ha resentido la cadena de pagos a proveedores y por supuesto generó atraso en el pago de haberes al personal», reconoció.
El empresario criticó la «falta de reacción» de parte del Estado que «no está brindando una respuesta contundente».
Sobre esto último, dijo que el Gobierno «soluciona la situación por medio de los bancos que tampoco brindan un auxilio concreto en tiempo y forma» que permita regularizar las obligaciones tributarias y salariales.
Si bien tiene la esperanza de que la actividad «se reactive en un corto plazo», Vicentini estimó que si esto no ocurre, «nos vamos a ver envueltos en una situación aún más preocupante».
La decisión de imponer el aislamiento social, preventivo y obligatorio fue «abrupta», por lo que los hoteleros sostuvieron que «fue imposible hacer cualquier previsión» económica o financiera.
Con más actividades exceptuadas, tendrían demanda
Los representantes del sector consideran que la apertura de más actividades en la tercera etapa de la cuarentena está generando un mayor movimiento de personas, muchas de las cuales requieren de un alojamiento que no pueden conseguir debido a que los hoteles permanecen cerrados.
Esta situación fue calificada como «muy injusta» por Vicentini, quien aseguró que «están llegando personas -en su mayoría vinculadas al ámbito industrial y de negocios- procedentes de otras ciudades hasta San Francisco donde deben permanecer durante algún tiempo y no pueden conseguir alojamiento en hoteles. Con esta situación deben recurrir a habitaciones o departamentos alquilados por día, lo que desnaturaliza por completo nuestro sector».