Caminos cortados y localidades aisladas son algunas de las medidas en estos días. Varias ciudades incorporan el barbijo. Se endurecen los controles para evitar la transmisión comunitaria.

La extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio anunciada por Alberto Fernández el pasado viernes dará comienzo a una nueva etapa en la lucha contra la pandemia del coronavirus en nuestro país.

En las últimas horas, las provincias más afectadas, sobre todo las más populosas, ven fortalecidos sus controles debido a los riesgos de transmisión comunitaria del virus que ya superó las cien mil víctimas fatales en todo el mundo. Córdoba forma parte de esos territorios considerados de riesgo a pesar de que entre sus más de 420 municipios y comunas apenas una treintena llegan a contabilizar algún caso confirmado. La preocupación, obviamente se concentra en los grandes conglomerados, entre los que se destaca la capital y su cordón conurbano.

Esas grandes ciudades son las que experimentan casos de “trasmisión local por conglomerados”, es decir contagios correspondientes a personas que contrajeron el virus por contacto estrecho con un caso positivo. Allí, son varias las regiones en donde las acciones preventivas se fortalecerán a la par de los controles dispuestos por las fuerzas de seguridad a través de retenes y postas policiales.

El propio ministro de Seguridad de la Provincia, Alfonso Mosquera, aseguró que, lejos de relajarse, los controles se iban a endurecer. Por esa razón, desde mediados de la semana pasada, “sólo pueden movilizarse quienes tienen la certificación oficial habilitada por el Ministerio del Interior” con las excepciones que la misma disposición establece.

Aunque el decreto presidencial establece que la posibilidad de incorporar excepciones para actividades específicas a pedido de gobernadores, la postura inicial de Schiaretti no parece contemplar demasiados cambios teniendo en cuenta que Córdoba es el tercer distrito con más contagios a nivel nacional.

Las principales tensiones se viven por estas horas en la capital en donde se concentran las principales acciones que tienen al polo sanitario virtualmente cerrado para atender con exclusividad a los contagiados de coronavirus. Con el Hospital Rawson a la cabeza, el personal médico de la Provincia se aboca por estas horas a hacer frente a la pandemia del Covid-19 mientras debe solucionar los problemas habituales que originan urgencias médicas a los que se le suma un creciente y preocupante números de enfermos de dengue.

Durante el fin de semana, incluso, circularon imágenes de personal municipal y del Ejército cavando fosas en el cementerio de San Vicente como medida que anticipa un eventual crecimiento en el número de muertes. Las imágenes parecen presagiar un panorama más que complejo, sobre todo si se combinan con las fotos que muestran situaciones alrededor del mundo en la que los muertos se cuentan por decenas de miles. Por ahora, ni Córdoba ni Argentina parecen acercarse a dichas situaciones.

Aislamiento total en Santa María y alerta epidemiológica en Sierras Chicas

Entre las medidas más extremas dispuestas por el Centro de Operaciones de Emergencia de la provincia (COE), el pasado viernes se determinó el cierre total por 15 días de la R5 que llega hasta Alta Gracia, con refuerzos sanitarios en esa región provincial, y la restricción total de la circulación en Villa del Prado y Villa Parque Santa Ana, en virtud de la situación de alerta epidemiológica que allí se presenta. De igual manera, el movimiento en Alta Gracia será altamente restringido, con permisos nominales que se deben solicitar en la sede del COE de Santa María ubicado en el Cine Monumental Sierras.

Hacia el viernes, un médico oriundo de Mendiolaza que desarrolla su actividad en una clínica geriátrica de la localidad de Saldán dio positivo en uno de los controles de Covid-19 y activó la alerta de las autoridades de esa localidad del Departamento Colón.

El profesional había estado trabajando hasta el jueves por la mañana por lo que se ordenó un testeo masivo que confirmó un nuevo pico de contagios y terminó con una veintena de internados que, con cuadros respiratorios compatibles con la enfermedad, se repartieron en distintos centros asistenciales de la zona, la mayoría de ellos en Córdoba. Desde entonces, el COE central declaró el estado de alerta epidemiológica en el corredor que abarca Mendiolaza, Villa Allende, Saldán y La Calera, hasta el cuadrante noroeste de la ciudad de Córdoba. A partir de dicha decisión, se intensificarán los controles, se extremarán las medidas sanitarias y se multiplicarán los testeos.

En otros puntos de la provincia en los que los casos no han explotado de la forma en que lo hicieron en el conurbano capitalino, se avanza desde hace tiempo con la obligatoriedad del uso del barbijo. Más allá de lo que recomienda la OMS al respecto, esa medida ya se tomó en al menos una decena de localidades cordobesas.

Período de gracia en Río Cuarto

Desde comienzos de abril el equipo interdisciplinario que encabeza el Ministerio de Salud de la Nación advierte que un puñado de grandes conglomerados urbanos mediterráneos están incluidos entre los lugares que requieren una “extrema atención” en la lucha contra el desarrollo de la pandemia.

Ese registro establece prioridades a la hora de recibir reactivos, respiradores y trajes de bioseguridad pero como “contrapartida” exige una mayor severidad en los controles para sostener el aislamiento como principal medida preventiva.

A pesar de estar incluido en el listado, Río Cuarto experimentó la semana pasada un relativo período de gracia al no contabilizar nuevos casos confirmados durante al menos siete días. A pesar de eso, la capital provincial alterna continúa con las tareas preventivas y las que la preparan ante un eventual pico de la enfermedad a comienzos del próximo mes.

La semana que viene comenzará a funcionar un centro de aislamiento en el predio de la Universidad Nacional que tendrá una disponibilidad de 150 camas para atender a personas con coronavirus. Junto con un salón de la Sociedad Rural de esa ciudad serán los espacios en los que comenzarán a funcionar los primeros Centros de Aislamiento Sanitarios. “Ya tenemos 300 camas que serán destinadas a aquellos pacientes que necesiten ser aislados por estar contagiados, y no puedan realizar el aislamiento en sus domicilios”, aseguró días atrás el intendente Juan Manuel Llamosas.

Vale señalar que iniciativas de este tipo se comienzan a replicar en toda la provincia, principalmente con la puesta a disposición de instalaciones de instituciones deportivas y grandes salones municipales dispuestos a transformarse en centros de aislamiento e internación en caso de que los sistemas locales colapsen.