Gabriela Estévez busca retener su banca en Diputados. Aseguró que solo en los países con grandes inequidades en el acceso a derechos puede instalarse el “odio” en la campaña electoral.

#ELECCIONES 2019 > ENTREVISTA A GABRIELA ESTÉVEZ

Gabriela Estévez es mamá adoptiva, psicóloga, militante peronista y feminista. Comenzó su militancia política de muy joven, militó en el Movimiento Campesino y trabajó en el Consejo Provincial de las Mujeres. Durante el segundo Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue gerenta regional de Anses, y Congresal Nacional del PJ.

En 2015 fue electa diputada nacional y desde entonces aseguran que lleva presentados cerca de 200 proyectos en defensa del empleo y los sectores industrial, agroindustrial y turístico, los derechos de las mujeres, la diversidad y las infancias, la protección ambiental y la promoción de la educación, la salud y la cultura. Hoy encabeza junto a Eduardo Fernández la lista del Frente de Todos para diputados nacionales por Córdoba, y de resultar electa en octubre, podría convertirse en la primera legisladora cordobesa kirchnerista en retener su banca en la Cámara baja.

De visita en la redacción de La Nueva Mañana, Estévez destacó la importancia de trabajar en un proyecto de construcción política con continuidad.

“La posibilidad de retener la banca o repetirla, para nosotros significa una apuesta política importante porque es comenzar a marcar un camino de continuidad, una línea de construcción política a futuro. Tiene que ver también con una apuesta generacional, incluso hasta de género”, aseveró en el inicio de la entrevista.

– Alberto Fernández destacó que Córdoba comenzó a tener una mejor percepción a la propuesta del Frente de Todos. ¿Cuál es su opinión al respecto?

– Hay un cambio muy importante de lo que fue la campaña en el 2015 a lo que estamos percibiendo en la gente ahora. Vemos que hay un acercamiento a nuestras propuestas y otra ‘permeabilidad’. Por ahí suena a frase hecha, pero sentimos que la gente viene a depositarte la esperanza de volver a recuperar aquellas cosas que perdió en los últimos tres años y medio: el poder tomarse vacaciones todos los años, cambiar el auto, o poder pagar la cuota de una hipoteca. Son cuestiones que permiten proyectar a futuro un pequeño ahorro que hoy no existe, porque se está pensando cómo sobrevivir todos los días.

– En este período estuvo presente en varios de los conflictos sociales que se desencadenaron en Córdoba. Con un cambio de signo en el gobierno, ¿continuaría con esa misma línea de trabajo?

– Yo soy la cara de un equipo de compañeros y compañeras que entendió la importancia de estar cerca de quienes teníamos que representar. Lo que intentamos en estos tres años y medio es construir un puente desde Córdoba y sus problemáticas hacia el Congreso. Y de alguna manera lo logramos porque tuvimos presencia cuando fueron los despidos en Fabricaciones Militares o Plascar o en el desalojo en Parque Esperanza, en Juárez Celman. Con un nuevo período, hay que seguir profundizando esos puentes y, si somos gobierno, llevar esas problemáticas directamente a la gestión. Uno de los errores que se tuvieron fue no lograr esa vinculación entre las políticas que se desarrollaban a nivel nacional y las demandas de los cordobeses y cordobesas.

Diputada K, Cordoba, 2019
La posibilidad de retener la banca o repetirla, para nosotros significa una apuesta política importante porque es comenzar a marcar un camino de continuidad, una línea de construcción política a futuro. Tiene que ver también con una apuesta generacional, incluso hasta de género”. (Foto: Javier Imaz / LNM)

– En la última visita de Alberto Fernández hubo dos actos: uno organizado por el kirchnerismo y otro por un sector del PJ cordobés encabezado por Carlos Caserio. ¿Cómo podrán trabajar juntos luego de las diferencias de los últimos años?

– Esto no es una foto nada más, sino una película que tiene todo un trayecto y un camino previo que se fue construyendo en torno a generar canales de diálogos y acuerdos. Comenzó hace un tiempo con José Manuel de la Sota y se terminó de cristalizar con esta expresión pública de un sector muy importante del PJ cordobés acompañando la fórmula de Alberto y Cristina. Es el comienzo de una discusión mucho más profunda que se tiene que dar hacia adelante, y que tiene que ver con qué peronismo queremos tener en Córdoba. En esto, no creo que haya posibilidades de un proyecto provincial sin un proyecto nacional y tampoco al revés. Desde estos espacios partidarios no se estaba dando la discusión política profunda para construir un proyecto de peronismo, y es esto lo que se está generando ahora. La muestra es que el proyecto que encarna Alberto Fernández contiene a cierto sector del peronismo cordobés y también al kirchnerismo.

– Muchos aseguran que Córdoba no terminó de perdonar a Cristina Fernández. ¿Cómo se cierra esa grieta y se termina con el odio?

– Cristina supo ver muy claramente cómo se puede resolver eso cuando habló de un Pacto Social. Su objetivo es que diferentes espacios y sectores de la política podamos tener un acuerdo mínimo que le garantice condiciones de dignidad de la gente, como ocurre en algunos países europeos donde hay cuestiones que no están en discusión como la salud, la educación, la dignidad de los adultos mayores y la niñez. A partir de eso, podés creer en un determinado modelo u otro, pero esa base debe garantizarse. En Argentina, hay que construir ese estado de bienestar básico de los ciudadanos. Para tal fin tenemos que trabajar en un compromiso entre todos los que estamos vinculados a la política. Eso salda la grieta. El odio se genera en países donde hay grandes desigualdades, los más inequitativos. En países europeos donde ya tienen un estado de bienestar, las discusiones son más de tinte ideológico, pero el germen del odio es muy difícil de implantar.

– ¿Cuáles cree que deberían ser son los cinco proyectos a los que se debe abocar los nuevos diputados en la próxima conformación de la Cámara baja?

– Una de las primeras cosas es garantizar el acceso a la salud de los adultos mayores, que en este momento están en una situación crítica, sin poder siquiera acceder a los medicamentos. También hay que trabajar en desendeudar a los argentinos, específicamente a quienes tienen créditos UVA, planes de ahorro de autos y deudas de tarjetas de crédito que no pueden afrontar. La clase media está endeudada y hay que buscar la manera de resolver esta situación. Además, hay que devolver el poder adquisitivo a los trabajadores y también a los adultos mayores en las jubilaciones. Este nuevo sistema de cálculo les hizo perder 20 puntos, por eso sin dudas hay que modificarlo. Por otro lado, hoy por la situación social donde más de un 50% de los trabajadores están en negro, todos se atienden en el sistema público de salud, en el cual hay que volver a invertir y para tal fin hay que tocar las partidas presupuestarias. Y también hay que revisar el sistema educativo donde claramente hubo una desinversión tremenda. Las escuelas se están cayendo encima de los chicos y los docentes están ganando miseria: con ese panorama, no se están garantizando las mínimas condiciones para el acceso a la educación.