El ministro de Defensa, Oscar Aguad, minimizó los alzamientos carapintada encabezados por Aldo Rico, que pusieron en vilo la democracia durante el gobierno de Alfonsín. Sus propios compañeros radicales lo criticaron duramente y Rico, que hoy respalda a Cambiemos, aseguró que “lo volvería a hacer”
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, minimizó ayer los levantamientos carapintadas contra el gobierno de Raúl Alfonsín y se vio obligado a rectificarse ante el rechazo que sus dichos generaron en organismos de derechos humanos (ver aparte) y entre dirigentes radicales. El exabrupto del funcionario de Cambiemos se produjo mientras defendía el “derecho a desfilar” de Aldo Rico el Día de la Independencia. La asonada militar contra el gobierno radical “fue un acontecimiento chiquito”, sugirió el cordobés que en los ’90 solía compartir palcos con el genocida Luciano Benjamín Menéndez. El silencio de la Unión Cívica Radical contrastó con el rechazo de sus dirigentes históricos. “La gente salió a la calle para defender la democracia, si eso para él es chiquito”, lamentó el ex ministro Horacio Jaunarena. “No se puede minimizar el alzamiento carapintada por más tiempo que haya transcurrido”, afirmó Julio Cobos. Ricardo Alfonsín lo acusó directamente de “falsear la historia” y “agraviar a los argentinos”. Antes de que algún funcionario de primera línea se viera interpelado Aguad difundió un comunicado en el que sugirió que fue “malinterpretado” y explicó que “reitera(ba)” lo que no había dicho: su “repudio histórico (sic) al levantamiento carapintada”. El ñato Rico, consultado sobre su pasado golpista, aseguró que “en las mismas condiciones lo volvería a hacer” y aclaró que como “antikirchnerista” respalda al gobierno de Cambiemos.
El ex carapintada desfiló el martes con boina verde por la avenida Libertador entre los ex combatientes de Malvinas. El presidente Mauricio Macri ya había abandonado el palco, desde donde lo aplaudieron la vicepresidenta Gabriela Michetti, el jefe de Gabinete Marcos Peña, el senador Federico Pinedo, los ministros Aguad y Patricia Bullrich, y los actuales jefes de las fuerzas armadas, entre otros. La presencia de Rico ya había generado rechazo en el primer desfile militar de la era Cambiemos, en 2016, cuando lo acompañó el por entonces impune ex teniente coronel Emilio Nani, preso por delitos de lesa humanidad.
“Es veterano de Malvinas y tiene derecho a desfilar”, lo defendió Aguad a primera hora. “Lo de Aldo Rico con los carapintadas es historia vieja, no creo que hay que sacarlo a eso, pasó”, lo minimizó. “Fue un acontecimiento chiquito en la historia y no tuvo ninguna implicancia. Yo no creo que haya puesto en jaque a la democracia”, opinó el ministro en una entrevista radial. Ante la insistencia periodística, agregó que “fue un movimiento como consecuencia de algo que venía de antes” pero “la democracia lo superó, no dejó que evolucionara, no le daría tanta trascendencia”, pidió. Alineado con el guión electoral de Cambiemos, Aguad consideró que “es importante reconstruir el sentimiento patriótico en la Argentina” porque “es un país que necesita de la unidad para salir adelante” y, ya consciente de estar metido en un berenjenal, sugirió que “Aldo Rico no existe en esta parte de la historia”. “Si quiere desfilar que desfile. ¿Podemos perder este tiempo hablando de Aldo Rico en este momento que estamos viviendo?”, planteó.
Si bien el pronunciamiento oficial de la UCR nunca llegó, varios boina blanca manifestaron su rechazo. Jaunarena, que era ministro de Defensa al momento del alzamiento, confesó no saber “qué quiso decir Aguad con que el levantamiento carapintada fue chiquito”. “Recuerdo que en la Casa de Gobierno estaba toda la dirigencia política respaldando al gobierno nacional, también el movimiento sindical, la gente salió a la calle para defender la democracia”, recordó por Radio La Red. “Si para el ministro esto fue chiquito, no lo fue para la gente ni para la dirigencia política que respaldó a Raúl Alfonsín. No comparto lo que dijo”, afirmó.
“No es cierto que haya sido un hecho menor”, coincidió Juan Manuel Casella ante la consulta de PáginaI12. “Fue un levantamiento que tenía la intención de poner en riesgo al gobierno democrático, que generó una emergencia institucional. Disminuir la importancia de los hechos es un error”, sentenció el ex ministro de Trabajo de Alfonsín, quien intentó explicar la presencia de Rico en el desfile no por su actuación en Malvinas sino porque “fue hace muchos años legislador e intendente por el peronismo”.
Ricardo Alfonsín etiquetó a Aguad en un mensaje de Twitter. “Con todo respeto, tus dichos no hacen otra cosa que ofender a cuantos lucharon por la democracia y su consolidación, por la paz y contra la violencia”, lo repudió el hijo del ex presidente. “No tenés derecho a falsear la historia de esa manera, ni a agraviar así a los argentinos”, cuestionó al ministro.
El senador Julio Cobos, consultado por este diario, destacó que “no se puede minimizar el alzamiento carapintada por más tiempo que haya transcurrido” y recordó que “fue un hecho que puso en riesgo la democracia y tuvo en vilo al país”. Jesús Rodríguez, también ex funcionario alfonsinista, recordó que “Semana Santa y los otros dos levantamientos militares se propusieron jaquear la democracia” y remarcó que se trata de “una verdad histórica que no admite dos opiniones”.
El ex diputado Manuel Garrido explicó que “lo que cometió Rico es un delito contra la Constitución”. “Su presencia en el desfile y, peor, su minimización por el ministro de Defensa es un pésimo mensaje institucional, especialmente hacia las generaciones que no vivieron lo que ocurrió en ese momento en que las instituciones democráticas estuvieron en jaque”, reflexionó ante PáginaI12.
Ante la ola de repudio, Defensa difundió un comunicado para informar que “reitera su repudio histórico al levantamiento carapintada ocurrido en 1987 en Campo de Mayo y rechaza cualquier alteración del orden democrático o comportamiento que atente contra la institucionalidad”. Ya con la boca cerrada, Aguad sugirió por escrito que sus dichos “fueron mal interpretados” y elogió a Alfonsín porque “llevó adelante un enorme trabajo para conservar el orden institucional”.