Apoyos para Todos en el peronismo cordobés
El gobernador Schiaretti dio libertad de acción y los dirigentes del justicialismo provincial observan que, ante la crisis económica, la mayoría se inclina por la fórmula opositora.

«Córdoba te da, pero Córdoba te quita cuando le fallás. Y éstos (por el gobierno de Macri) le fallaron fulero. El desastre es tal que la gente, así como los votó, los va a castigar». Tal el diagnóstico de un dirigente peronista del norte cordobés. El hombre pidió reserva para su identidad «no por miedo a una represalia del gobernador, porque él nos dio libertad de elección en el tramo presidencial, sino por un mínimo de cautela hasta ver cómo sigue todo hasta las PASO». Trascartón no se privó de cierta crítica: «Yo entiendo que (Juan Schiaretti) esté haciendo equilibrio como puede, o apoyando a Macri y Pichetto de una. Pero lo que debería entender es que del 57 por ciento que lo votaron muchos son de Cristina que no presentó lista».

Quien sí habló pisando fuerte cuando se lo consultó fue Martín Gill, el intendente de Villa María reelecto hace una semana con el 55 por ciento de los votos. «Estoy dentro de la estructura peronista que lidera Schiaretti, y él marcó una estrategia clara: apoyar la lista de candidatos de nuestro partido y libertad de acción en la fórmula presidencial. Yo apoyaré la candidatura de los Fernández», dejó en claro. El líder político de la tercera ciudad más importante de la provincia de Córdoba (luego de la capital y Río Cuarto), repitió que «para la mayoría de los dirigentes peronistas Macri es un límite. Yo no sé si el Presidente no supo o no pudo; pero no cumplió ninguna de sus promesas y la gente la está pasando muy mal».

Según el conteo local rumbo a las PASO, de los 282 jefes comunales peronistas que hay en todo el distrito cordobés, se estima que más de un centenar de intendentes apoyarán la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández.

«Yo veo muy bien el trabajo de los intendentes», opinó ante PáginaI12 otro de los dirigentes que están en el armado del puente kirchnero-peronista. «Acá en Córdoba las relaciones entre el kirchnerismo y el peronismo nunca fueron buenas. Hay que saber que, además de las diferencias partidarias que se fueron dando, Schiaretti fue gerente de la Socma de Franco Macri, y hay ciertas lealtades que no se rompieron… Pero una cosa es ir separados del partido cuando el peronismo está dividido, y muy otra cuando se ha unido en casi todo el país».

Según este vocero, la decisión de Schiaretti de no apoyar la fórmula F-F, si bien «puede ser mal vista, no se lee tan así desde las bases porque ha dado libertad de elección. Y eso que él sabe que en el peronismo cordobés no hay intendentes de Cambiemos ni macristas, y que la mayor parte de esos intendentes van a trabajar para Fernández-Fernández». El político siguió: «A Córdoba le va tan mal como al resto del país. Hay hambre y desempleo. Así que una gran mayoría de los intendentes se encolumnarán con el Frente de Todos. Sin romper lanzas con Schiaretti, muchísimos trabajarán por la boleta corta, pero apoyarán a los Fernández».

Este escenario no sería nuevo ni extraño para Córdoba: «Acuérdese –continuó el dirigente– de que en las elecciones de 2011 cuando Cristina sacó el 54 por ciento de los votos en el país, acá en Córdoba (José Manuel) De la Sota también fue con lista corta y Cristina sacó el 34 por ciento. Yo creo que se ha vuelto en el tiempo a una situación, a un escenario, muy parecido. También creo que así como hace cuatro años los jefes comunales olían que el viento soplaba a favor de Macri y sus promesas de cambio, ahora tienen claro que los vecinos de sus territorios están golpeados por el desempleo, la inflación, la pobreza, el hambre. Que están enojados, desilusionados, que están reclamando otra cosa».

– En este marco, ¿se puede decir que hay intendentes rebeldes?

-No. No creo que los intendentes se estén rebelando. Para nada. Creo que sin romper lanzas con Schiaretti, a quien respetan, quieren volver a los principios de justicia social del peronismo. Tal vez por eso se percibe que todos están actuando con cautela, comunicándose unos con otros. Pero después de las PASO, o en una reunión grande que estamos preparando para antes del comicio, van a salir a opinar con nombre y apellido».

Canguros y equilibristas

Para Carlos Caserio, el flamante jefe de la bancada de senadores del PJ, lo de Miguel Pichetto fue «un acto de cangurismo como nunca vi en mi vida». Y eso que ha visto mucho. Veterano de la política, salido del riñón delasotista y actual jefe del peronismo cordobés, Caserio se despegó de la prescindencia de Schiaretti en cuanto a la elección nacional y aseguró que «personalmente» trabajará «para la candidatura de Alberto Fernández-Cristina Kirchner, pero apoyando a los legisladores de Córdoba».

Un complejo equilibrio que, se estima, podría capear por ahora con su experiencia en estas lides. Una tarea que se le facilitaría luego de las PASO y los comicios de octubre, cuando las fuerzas se reubiquen en el tablero nacional.

En medio de una semana ajetreada y mientras Caserio se hacía cargo del puesto abandonado por el flamante cambiemita, Miguel Pichetto viajó a Córdoba con la excusa de una conferencia en la Bolsa de Comercio, y se reunió con Schiaretti, cuya decisión de presentar boleta corta favorece (por omisión) a la fórmula que el rionegrino integra con Macri. Ese fue el primer reencuentro tras la diáspora de Alternativa Federal, una fugaz alianza de cuatro patas que se desintegró dejando solísimo al gobernador cordobés, ya que cada quien tomó su rumbo: Juan Manuel Urtubey se fue con Roberto Lavagna, y Pichetto con Macri. Así, la foto oficial del gobernador con el candidato a vice de Macri, los mostró tan atentos como distantes (¿recelosos?) el uno del otro; y siempre inmersos en un juego de conveniencias mutuas.

Mucho menos sutil, Hugo Moyano líder del gremio de Camioneros, acusó al cordobés de «estar a favor del Gobierno» al no apoyar la boleta del Frente de Todos: «No apoyar a la fórmula que nos puede sacar de esto, es estar a favor del gobierno actual, es hacerle la política al Gobierno». Moyano también se refirió a Pichetto: «Cometió un error garrafal», dijo, y vaticinó que «se va a arrepentir».