Alberto Fernández estuvo hoy en los estudios de AM 750 para hablar en el programa La Pizarra de su candidatura presidencial por el Frente de Todos. “Me tomo la candidatura con tranquilidad, no con irresponsablidad”, afirmó, al tiempo que aseguró que “la política dice que me tengo que hacer cargo de la presidencia por cuatro años” y que tiene un desafío: “Sé que debo trabajar para sacar al país del estado caótico en el que lo deja Macri”.
En ese sentido, dijo que “es mi mayor desafío” y que “me preparo para eso”. Reconoció que “racionalizo mucho la política y por eso pensé que nunca sería candidato”; y que por eso “desde el 18 de mayo”, cuando Cristina Fernández anunció que ella sería su candidata a vicepresidenta, “solamente analizo cómo hacer el after day, el 11 de diciembre, porque hay una enorme obligación con los cuatro millones de pobres que generó Macri, los que se quedaron fuera del sistema, los que no tienen trabajo, los empresarios que tuvieron que bajar la cortina, los chicos pobres”.
Fernández se refirió a la incidencia del Poder Judicial en la política y manifestó que “cuando la política falla aparecen personajes de la Justicia en su reemplazo”. No consideró que fuera algo solamente de la Argentina: “Es una acción contra opositores a Macri; a Temer y Bolsonaro en Brasil; a Moreno en Ecuador”. Recordó que en su momento habló el tema con el ya fallecido asesor de Lula, Marco Aurelio García. “Él me lo planteó y yo no estaba muy seguro de lo que me decía; tenía razón: hay un correlato en la acción de la Justicia y los medios para perseguir y estigmatizar, se ve con Lula y con Cristina”.
En esa línea, estimó que “el objetivo era sacar del escenario a Cristina y no lo logaron”. Atribuyó ese fracaso a que en la Argentina “hay una conciencia política y social diferente a la de otros países, con grupos sociales y un movimiento político-sindical que hacen que seamos impermeables a esos ataques”. A su juicio, sin esa resistencia, “ella no estaría en condiciones de ser candidata”.
Sobre la acusación de una acción eventual contra el Poder Judicial si llega al gobierno, Fernández dijo que es “una discusión ridícula”, dado que “hace treinta años que enseño Derecho” y que con ese planteo “se desvía la atención” respecto de “los problemas importantes”. Recordó que “hay gente que se ha uberizado para ganar un peso más, en detrimento de los taxistas”, como ejemplo. Y planteó que la apertura de importaciones fue perjudicial para la industria argentina. Además, remarcó que “la mitad de los chicos es pobre, en un mundo en el que lo más importante es la inteligencia, y los estamos dejando al margen del futuro”.
Respecto a la incorporación de Miguel Pichetto como compañero de fórmula de Macri, aseguró que es “una decisión incomprensible” y que “no hay explicación”. Estimó que “les cuesta explicar a los propios y a los peronistas” haber sumado al senador de Río Negro. “Si tenés que explicar a tantos, estás en problemas”, resumió Fernández.
En otro pasaje dijo que “con Massa tuvimos un buen café” y que fue bueno el reencuentro con el líder del Frente Renovador. “Hubo desencuentros, pero lo respeto mucho”.
En cuanto al impacto de las fake news opinó que “no puedo preverlas y me limitaré a desmentirlas”. Hizo un llamamiento a una “campaña limpia, honesta”, y pidió que “debatamos modelos de país y no nos maltratemos con falsedades”. Agregó que “quiero debatir con Macri para que se sepa qué país quiere él y qué país quiero yo, y que la gente elija”.
En otro orden, Fernández no ahorró elogios para Luiz Inacio Lula da Silva, a quien calificó como “el político que más me impresionó”, así como llamó “filósofo” a José Mugica. “Pepe sabe explicar la sociedad de consumo y la posmodernidad”, dijo del ex presidente uruguayo. “Lula es excepcional y a él le debemos la unidad del continente”.
De cara al futuro apuntó que “entre lo ideal y lo posible vamos por lo posible”, pero “sin olvidar lo otro”. Destacó que “ir por todo a veces implicar quedarse sin nada”. También criticó que “nos quisieron convencer que el progresismo estaba en retirada en América Latina” y señaló un error: “Pese a los cambios que hicimos no pudimos modificar la estructura económica de nuestros países, algo que solamente pudo hacer Evo Morales en Bolivia, y no le fue fácil hacerlo”.
En cuanto a la Argentina, expresó que “lo nuestro es más difícil hacerlo, Cristina trató a través de la distribución del ingreso, pero se desmoronó con el déficit y la apertura de importaciones de Macri”. En su opinión, “tenemos que apostar a las pymes para que produzcan y exporten”.
Afirmó que si llega a la Casa Rosada, al terminar su mandato, “en 2023 me dedicaré a la política, siempre lo he hecho” y volvió a puntualizar su idea de que la Justicia “recupere su prestigio”, recordando los tiempos de su niñez, como hijo de un juez que vivía en una casa alquilada y fue cesanteado por la dictadura en 1976. “Me quedó toda su enseñanza ética”, dijo respecto a su padre. “Se quejan porque vivo en la casa de un amigo: a mí me cuesta alquilar y no tengo problemas en reconocerlo”.
Finalmente, tuvo algunas definiciones breves sobre Cristina (“la quiero mucho, es alguien muy valioso en la política argentina”), Jair Bolsonaro (“todo lo contrario de Cristina, es un desliz que la sociedad brasileña ya corregirá”), Donald Trump (“lo eligieron los norteamericanos y no es lo mejor para el mundo”), el peronismo (“el movimiento que incorporó a la sociedad a los que menos tenían y sigue siendo capaz de transformar al país”), Clarín (“un diario que hace mucho olvidó de qué se trata el periodismo”) y la Argentina (“el país que amo, que me encantaría que fuera más justo, y es lo que me propongo”).