La maquinaria troll que instala consignas oficialistas y antikirchneristas frente a las tendencias opositoras generadas genuinamente.

En el país hay unas 12 millones de cuentas de Twitter y casi 30 millones de Facebook, por eso, en lo que hace a redes sociales, son las preferidas para instalar consignas a favor o en contra de una figura política en este año electoral. Para ello, el oficialismo tiene un equipo armado que gestiona un ejército de trolls para convertir en tendencia ciertas premisas e intentar desprestigiar a una referente. En este caso particular, mediante un análisis de El Destape, se mostrará cómo operaron los famosos trolls – usuarios falsos – para hablar mal de Cristina Kirchner en el inicio del juicio oral por la obra pública en contraposición con la instalación de la consigna K, generada por usuarios reales, de carne y hueso. Una diferencia sustancial: truchos versus genuinos.

Según un informe publicado por El Parlamentario – “Troll-Center de Cambiemos, una mirada a la cultura del escrache” -, los trolls no dicen su nombre real y publican cientos de contenidos para imponer la agenda. “Se dividen entre dos tipos de instrucciones: endiosar a Macri o destruir a los que critican a las medidas del gobierno”.

Hay una estructura armada para llevar adelante el cometido: los coordinadores son los que bajan línea y se hacen cargos de los temas más importantes, asesores políticos e incluso empleados estatales. En un segundo lugar están los trolls, que manejan entre 20 y 30 cuentas con entre dos mil y cinco mil seguidores cada una. No hay forma de identificarlos porque hay personas detrás de su administración, con patrones humanos. Sin embargo, se los puede identificar con un análisis a largo plazo, teniendo en cuenta la publicación de contenidos.

Finalmente, están los bots, “que son cuentas no administradas por sistemas digitales. No pueden generar su propio contenido porque justamente no hay una persona detrás, sino que simplemente se dedican a dar RT a todo lo que sale de los otros grupos”, según el informe.

Para lograr instalar una tendencia en redes sociales, lo principal es actuar en simultáneo, “incluso dentro del mismo minuto literalmente”. O sea, “si se coordinan 300 cuentas reales o que parezcan reales (no bots) que publican a la misma hora y minuto, utilizando contenidos diversos (no duplicados) y utilizando el mismo hashtag es muy probable que ese tema sea interpretado por las redes como tendencia”.

Esto es lo que se pudo ver el 21 de mayo, cuando comenzó el juicio oral contra Cristina Kirchner por la obra pública. Para este seguimiento se filtraron los 959 posts más importantes e influyentes en el rango horario que se empezó a propagarse el hash tag, se filtraron esos de unos 50.000 tuits que fueron analizados sobre el tema. Hubo dos tendencias en Twitter que sobresalieron y que El Destape analizó junto a Diego Waiselfisz Cortazzo, programador de software y analista de datos: #LaBandaAJuicio, claramente en contra de la senadora y #FuerzaCristina, a favor. A simple vista, lo primero que se observó es que la consigna kirchnerista surgió de usuarios reales, reconocidos, funcionarios, personas de carne y hueso. Por el contrario, las otras provinieron de cuentas que se caracterizan por autoretuitearse o retuitear a funcionarios del Gobierno nacional. Incluso, la mayoría tiene frases y consignas antikircheristas y casi todas tienen frases relacionadas con la nueva campaña “Defensores del Cambio”.

En la imagen precedente se observa cómo la mayoría de las cuentas son usuarios desconocidos y, si se ingresa en ellas, el contenido es completamente macrista, antikirchnerista y repleto de retuits de funcionarios o usuarios de similares características, sin demasiada generación propia. Sin embargo, sería poco justo decir que sólo cuentas presuntamente trolls son las que promovieron este hashtag. También hubo personas de carne y hueso como Elisa Carrió, diputada nacional por Cambiemos y quien normalmente enarbola la bandera de las consignas del odio, que nadie más quiere llevar.

Muy diferente es el caso del hashtag #FuerzaCristina. En este caso, la tendencia fue iniciada y mantenida por diputados, senadores y referentes reales del espacio kirchnerista. Siempre caras visibles, con nombres reconocibles, a contramano del otro ejemplo. Por una cuestión de espacio, sólo se mostrarán los primeros nombres de usuarios que aparecen en el rastreo, ya que son innumerables los tuits al respecto.

Lo llamativo, según el rastreo realizado esa mañana, es que los medios de noticias TN y La Nación se sumaron con la tendencia #LaBandaAJuicio prácticamente al inicio de la operación de instalación. La forma de hacerlo es etiquetar notas referidas al tema con esta consigna. Si bien mencionaron la consigna favorable a CFK, sobresalió la contraria.

De todos modos, cabe aclarar que es muy fina la línea entre un troll pago y una persona común que simplemente fue bombardeada por los medios de comunicación amigos del poder y postean porque así lo creen. Sin embargo, queda claro que los TT generados por el odio hacia el kirchnerismo fueron lanzados y mantenidos por usuarios con pocos seguidores, nombres falsos y sin una identidad reconocible, frente al otro, genuino.

Finalmente, es destacable que el hashtag de #LaBandaAJuicio estuvo arriba del #FuerzaCristina a pesar de que éste tuvo siempre mayor cantidad de tuits que su competidor. Esta es una cuestión vinculada a los algoritmos de Twitter que determina las tendencias favoreciendo los cambios bruscos en actividad de una tendencia por sobre crecimientos graduales sostenidos. Es muy difícil identificar por qué ocurrió ésto. Según dijo el especialista a El Destape, hay algunas posibles respuestas: «Un hashtag sale a horario programado por un grupo de personas para usar el conocimiento del funcionamiento del algoritmo en su favor» y así «el hashtag #FuerzaCristina pierde con su competidor por ser usado en el tiempo». Así, el algoritmo favorece al que tenga cambios más bruscos. La otra posibilidad «tiene que ver con la pauta y con cuanto cuesta un hashtag patrocinado».