Instalados en Europa desde hace 16 años, ellos refutan toda creencia de que las familias numerosas no existen en el siglo 21. Isabel es ama de casa y Flavio trabaja en una industria farmacéutica. En 30 años de matrimonio, cada 2 han tenido un hijo, un embarazo. El mayor tiene 29 años y el menor, 3.
La familia Colombo es muy extensa, como las de antaño. Parece extraída de una película, o de una revista. Son 13 hijos los que han ido criando Flavio Colombo (52) e Isabel Salas (45) desde que se casaron en el ’89. Cada dos años nacía uno en este hogar. Cada dos años, un embarazo. Todo un récord.
Emigraron de San Francisco a una Italia con crecimiento demográfico estancado, que envejece, y donde la edad media es cada vez un poco menos joven. A esas tierras ha llegado esta familia para convertiste, sin duda, en una de las más numerosas para los tiempos que corren.
El matrimonio y sus siete primeros hijos fueron parte de los más de 20 mil argentinos que se fueron del país por la crisis, entre 2001 y 2003, en busca de mejores oportunidades. Se instalaron en un pueblo llamado Grumello Cremonese, donde además siguieron agrandado la familia.
Hoy, a punto de celebrar 30 años de casados, Isabel y Flavio sostienen: «Amamos a los niños y siempre nos gustó estar rodeados de ellos, lo que nos llevó a tener una familia tan numerosa».
Así fue que llegaron José (29), Carla (27), Constanza (25), Camila (23), Julián (19), Carolina (17), Celeste (16), todos ellos nacidos en San Francisco, y luego en su nueva casa, Andrea (13), Gianluca (12), Filippo (11), Valentina (8), Mattia (6) y Francesco (3), estos últimos nombres, más acorde al italiano que manejan a la perfección.
Hallaron su lugar en el mundo en la comuna de Grumello Cremonese, ubicada en la provincia de Cremona, región de Lombardía, que tiene 1.947 habitantes, según el último censo. Se encuentra a 60 kilómetros de la ciudad de Milán.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, a la distancia, la pareja repasó su historia y la decisión de ser «una multitud», a fuerza del amor que los sostiene unidos lejos de sus raíces, pero felices por haber apostado a la familia.
Tras la crisis del 2001, los Colombo emigraron de San Francisco a Italia. Ya eran una troup cuando se fueron: Isabel y Flavio más siete hijos. Hoy tienen 13, siete varones y seis mujeres, y entre ellos, ningún mellizo
Los padres de Isabel, por años, tuvieron su propio restaurante en San Francisco, llamado «Vecchia Casa», ubicado en calle Córdoba 252.
Jamás imaginaron que allí su hija encontraría al compañero de su vida. «Todos los días iba a comer allí porque ellos daban la pensión para estudiantes y trabajadores», recordó Flavio, nacido en la localidad santafesina de Angélica.
«Éramos muy jóvenes, yo tenía 22 años y ella 15 -continuó-. Trabajé en el correo durante muchos años, después tuve un negocio de telefonía que tuve que cerrar debido a las dificultades financieras».
Sin trabajo, con siete chicos y un futuro incierto, tomaron una decisión difícil: abandonar su ciudad, su país, y probar suerte en Europa.
Hace pocos días, los Colombo regresaron de visita a nuestra ciudad, pero ya siendo 15. Aquí se reencontraron con entrañables amigos, la familia de Edgardo Benvenuto y Eusebio «Tito» Lamberti
La vida en Italia
El primer contacto para esta entrevista fue a través de WhatsApp, allí quedó expuesto el castellano «italianizado» de Flavio. El paso del tiempo hizo que en muchas de sus oraciones se mezclen palabras en español y en italiano.
En territorio italiano lograron la consolidación laboral. La familia ya estaba consolidada -con siete hijos, vaya si lo estaba-, pero se expandió y el número llegó a 13, y su casa, más que una casa, empezó a parecerse más a un hotel; los fines de semana, todos reunidos en la sala o el comedor, para disfrutar de la unión, el respeto y otros valores familiares. Ellos simplifican lo que para otros sería dificultoso: «Es una casa normalísima, es solo cuestión de organización».
«Acá en Italia trabajo en una empresa químico farmacéutica y mi mujer es ama de casa. Mis hijos más grandes, que ya no viven con nosotros, todos trabajan, los demás aún estudian», dijo Flavio. Carla, Constanza y Camila hoy viven en las ciudades de Brescia y Sicilia.
Ante la pregunta de por qué Italia, sin titubeos, el matrimonio respondió: «La educación, la medicina, la comida, el clima, su seguridad, el respeto y la estabilidad».
Pero San Francisco también se extraña, es que por muchos años fue su hogar. Coinciden en que la distancia con los amigos es lo que más duele, aunque gracias a Internet ahora lo sobrellevan mejor.
Isabel y Flavio llevan tres décadas de casados y desde que se conocieron trazaron como proyecto de vida tener una familia numerosa, su hijo mayor tiene 29 años y el menor ajusta 3.
«Nosotros siempre nos arreglamos solos y creo que cuando uno forma una familia, con sus hijos, las opiniones de los de afuera no cuentan», señaló Flavio, cuando le preguntamos sobre la reacción de su entorno ante la decisión de tener muchos hijos. Con el deseo cumplido, hoy «los Colombo» afirman que «cerraron la fábrica».
Regresar, solo de visitas
Semanas atrás, la familia Colombo visitó nuestra ciudad, donde permaneció durante 10 días. «A San Francisco la encontramos más grande, y más sucia, con inseguridad también», expresaron.
Descartan toda posibilidad de regresar a la Argentina. «Nuestro futuro está acá, en Italia -finalizaban-. Desde afuera, cuando escuchamos una noticia sobre la Argentina, casi siempre está relacionada a problemas económicos».