Por la terrible situación, el operario Claudio Soto, de 54 años, murió por un ataque cardíaco. Son un total de 240 los trabajadores que fueron cesanteados.

Es quizás una de las caras más crueles y dolorosas de la “Macrisis”: más allá de la cuestión estadística, hay historias personales y vidas que quedan truncas tras las cesantías. En este caso, una nueva víctima fatal se suma a la lista de muertes a causa del desempleo durante la ola despidos durante el Gobierno de Mauricio Macri. Se trata de Claudio Soto, un operario de 54 años, que falleció de un infarto al enterarse que había sido echado de la alimenticia Alijor.

Tras los 10 despidos a principios de mayo, y luego de una audiencia el martes a la mañana, la fábrica de Alijor, ubicada en la localidad boanerense de Garín, ayer amaneció cerrada y con los autos de los directivos de la empresa bloqueando el portón de acceso por decisión del dueño de la fábrica. Con esta medida, son un total de 240 trabajadores que perdieron su fuente de trabajo.

Desde el sindicato de Trabajadores de la Alimentación, denuncian un lockout patronal e hicieron la denuncia ante la Secretaría de Trabajo. Pero la situación no ha cambiado.

Al parecer, el dueño de la fábrica -Benjamín Biderman, no quedó conforme con la comparecencia a la que se presentaron los representantes de Alijor SA por despidos, y cerró la fábrica sin mediar palabra.
“Venimos padeciendo persecuciones, hostigamientos y prácticas antisindicales” denunció uno de los trabajadores de la planta ligado al STIA.

Desde el sindicato de Trabajadores de la Alimentación, denuncian un lockout patronal e hicieron la denuncia ante la Secretaría de Trabajo. Pero la situación no ha cambiado.

 

Desde el sindicato de Trabajadores de la Alimentación, denuncian un lockout patronal e hicieron la denuncia ante la Secretaría de Trabajo. Pero la situación no ha cambiado.

Al parecer, el dueño de la fábrica -Benjamín Biderman, no quedó conforme con la comparecencia a la que se presentaron los representantes de Alijor SA por despidos, y cerró la fábrica sin mediar palabra.
“Venimos padeciendo persecuciones, hostigamientos y prácticas antisindicales” denunció uno de los trabajadores de la planta ligado al STIA.