El juez informó que «se han hallado informes de inteligencia, de contrainteligencia» que pertenecen a D’alessio y que apuntan a dirigentes políticos, periodistas y personas públicas.

El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, aseguró que hay sobradas pruebas para determinar la realización de actividades de inteligencia paralelas e ilegales por parte de Marcelo D’alessio. Esas maniobras derivaron en la extorsión y coacción en el marco de investigaciones judiciales para obtener algún tipo de rédito, en especial económico. Según el magistrado, además, hay indicios de sus relaciones con la DEA, la Embajada de los Estados Unidos y otros organismos de inteligencia nacional e internacionales para la realización de estas operaciones.

El Destape accedió al documento remitido a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso de la Nación, que lo citó a declarar por actividades ilegales de inteligencia orgánica e inorgánica en la causa que investiga las coimas de Stornelli, en el que el magistrado informó que “se han hallado informes de inteligencia, de contrainteligencia y de acciones de campo relacionados con dirigentes políticos, periodistas, personas públicas”, como Natacha Jaitt, el aduanero Gabriel Traficante y Alejandro Fantino.

En ese contexto, Ramos Padilla reveló que en el peritaje preliminar de los equipos tecnológicos –celulares y computadoras – y documentación, secuestrados en el departamento de D´alessio, se encontraron documentos internos de la DEA, así como informes con “membretes de la AFI, de la Embajada de los Estados Unidos y del Ministry of Defense del Estado de Israel”. Además, se secuestraron “anotaciones manuscritas en cuadernos vinculadas a operaciones de inteligencia, manual de inteligencia”.

Esa relación con la DEA quedó en evidencia en un diálogo con el empresario agropecuario, Pedro Etchebest, a quien extorsionó desde el 28 de diciembre de 2018 hasta el 6 de febrero de este año. Según le confesó D´alessio, la pasó “muy mal” durante el Gobierno de Cristina Kirchner porque el Ministerio de Exteriores, a cargo de Héctor Timerman, abrió “valijas con la geolocalización, valijas especializadas que una vez que vos las abrís ya generan la geolocalización” y explicó: “Vos pones tres valijas en tres lugares diferentes y eso se usa para hacer una barrera antimisiles y Timerman decidió abrir esas valijas, gastó 68 millones de dólares y ¿qué hizo Estados Unidos? Nos rompió el culo a todos los de la DEA de acá (no se logra descifrar lo que dice) Nos sacaron del país y a nosotros nos mandaron a Montevideo”.

Pero sus vínculos no sólo se concentraron en organismos de inteligencia internacional, sino también con el Ministerio de Seguridad argentino, comandado por Patricia Bullrich, y la AFI, en manos del amigo de Mauricio Macri, Gustavo Arribas. En el allanamiento, contó Ramos Padilla, D´alessio pidió hablar con alguno de esos dos funcionarios porque la información secuestrada en su hogar “podía resultar violatoria de la Ley Nacional de Inteligencia o poner en peligro la seguridad nacional”.

Dentro de la información y aparatos secuestrados, se encontraron registros telefónicos que comprometieron aún más al fiscal Stornelli en maniobras extorsivas. El juez detalló: “Se hallaron registros de mensajes y comunicaciones a través de los aparatos celulares utilizados por el imputado Marcelo D ´Alessio vinculados a operaciones de “puesta en emergencia” y coacciones en posible connivencia con el Fiscal Federal Carlos Stornelli y periodistas especializados”, como Daniel Santoro, de Clarín, su pata mediática en las operaciones extorsivas.

El apriete a Etchebest, que dejó en evidencia todo este entramado de operaciones ilegales de inteligencia fue, según declaró el propio D´alessio, encargado por “un alto directivo de la AFI”, en referencia a Ricardo Bogliuk, ex policía bonaerense y entonces agente de inteligencia. El hombre en cuestión es “ex director de la DDI de La Matanza, estuvo como director de la DDI de Mar del Plata, fue fundador junto con Marcelo Saín de la PSA –luego se peleó-, estuvo con Stornelli trabajando en La Plata como coordinador general de la policía bonaerense o algo así”. Un vínculo más con el fiscal federal.

Pero la de Etchebest no fue la única maniobra extorsiva para vincular personas en posibles hechos ilegales: también estuvo “la maniobra ardidosa con uso de cámara oculta para involucrar a José Manuel Ubeira en un posible hecho ilícito en connivencia con el Fiscal Federal Carlos Stornelli, así como la posible coacción a Gonzalo Brusa Dovat para forzar su voluntad a denunciar presuntos hechos ilícitos cometidos en una empresa relacionada a PDVSA Argentina”.

Para la realización de estas maniobras, D´alessio se valió de informes de inteligencia y contrainteligencia, con el detalle de los perfiles de las personas a extorsionar mediante sus “listados de llamadas entrantes y salientes, informes migratorios, domicilios, historial laboral y financiero y recolección de datos personales diversos”.

Entre esos informes secuestrados se encontró una operación de contrainteligencia hacia la figura de la fallecida Natacha Jaitt (“Operación Jaitt”) para identificar quién la envió a denunciar a referentes políticos y periodistas en el programa de Mirtha Legrand. También se halló la “Operación Traficante”, contra el empresario aduanero Gabriel Traficante a quien extorsionó por la conocida “mafia de los contenedores”. O la “Operación Fantino” que, mediante información proporcionada por Santoro, se investigó a todos los periodistas de Animales Sueltos por una reunión de su conductor con Cristina Fernández de Kirchner. Ese informe particular llegó a manos de Bagoliuk.

Por la gravedad de los hechos descritos, Ramos Padilla accedió a comparecer personalmente ante el organismo de control del Congreso para explayarse en la información suministrada.