Bajo la consigna «Terrorista es el Estado, no quien tenés al lado» se movilizan este viernes en todo el país. En la capital cordobesa, el cierre será a las 23 en el Panal.

Bajo la consigna «Terrorista es el Estado, no quien tenés al lado», cientos de jóvenes se movilizaron este viernes durante la 12° edición de la Marcha de la Gorra en Córdoba. La movilización en contra de la represión policial partió a las 17 desde Colón y General Paz y se dirigió hacia el Panal.

Previo a la convocatoria, denunciaron un episodio de violencia en el Puente del Bicentenario. En tanto, cuando la marcha estaba finalizando un grupo de jóvenes fueron demorados y trasladados a la Unidad Judicial Nº 1, por lo que la movilización se dirigió a las puertas del edificio para exigir que sean liberados.

La movilización, que surgió originalmente como una vuelta a la Plaza San Martín en el centro de la ciudad de Córdoba, se replica en distintos puntos de la provincia y del país. «Este año, Marcha de la Gorra es nacional. Porque no son hechos aislados, son políticas de Estado», aseguraron los organizadores.

En Córdoba hubo convocatorias en las ciudades de San Francisco, Villa María, Río Cuarto y Mina Clavero. En Santa Fe, Rosario también se sumó a la iniciativa. Además hubo marchas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Mar del Plata, Tandil y La Plata, en Buenos Aires. Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, participó de la convocatoria que realizaron en

Desde la Mesa Organizadora Marcha de la Gorra Córdoba explicaron que «el Gobierno represivo margina, estigmatiza y criminaliza a quienes se salen de la norma, a quienes viven en los barrios, a quienes se visten de una u otra forma, a quienes se organizan y movilizan. El Estado no sólo es responsable, sino también terrorista, protagonista de las peores atrocidades de nuestra época».

Los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba también estuvieron presentes en la movilización y participaron con carteles que decían: «Estudiá, no seas policía».

Finalmente, también acusaron como responsables de esa estigmatización a «la Justicia, a los medios corporativos de comunicación y la Iglesia, porque distorsionan, ocultan, deslegitiman y violentan a pobres, trabajadores, mujeres, disidencias, militantes, estudiantes, presos y presas, pueblos originarios y activistas».