Argentina encabeza el ranking de endeudamiento de países emergentes, está segundo en caída económica y ocupa al quinto puesto entre las naciones con mayor inflación.

A pesar que el presidente Mauricio Macri sigue repitiendo los mismos slogans desde que asumió hace casi tres años y que son propios del marketing político con que se desenvuelve toda su administración, que hacen referencia entre otros a “la pesada herencia”, a que “nos hemos vuelto a insertar en el mundo” o de seguir con el populismo “hubiésemos sido Venezuela”, la economía argentina está cada vez más degradada y la realidad le muestra a diario al Gobierno el rostro contrario a lo que pregona, como lo demuestran los informes de organismos internacionales que publicamos en esta nota.

En este sentido son cada vez menos los ciudadanos, como señalan las encuestas, que creen que la crisis económica y financiera en el que está inmerso el país fue consecuencia de la pesada herencia del Gobierno anterior.

Por el contrario, como lo vienen sosteniendo economistas de las más variada ideología y de todos los sectores políticos de la oposición consultados por La Nueva Mañana “la tormenta” como dice Macri o más bien el tsunami por el que está atravesando el país lo atribuyen al modelo económico basado en la especulación financiera alejado de la producción que implementó el propio gobierno.

En la tabla de 65 países que divulgó el FMI entre mercados desarrollados y emergentes, se desprende claramente que el argumento del gobierno de los “shocks externos” para explicar la recesión de la economía argentina es sólo un relato.

Argentina lidera el endeudamiento de países emergentes. Para aplicar ese modelo, en el que la administración de Cambiemos fue agudizando el deterioro de las variables económicas que recibió aumentando el déficit fiscal primario, como consecuencia del incremento de los gastos respecto a los ingresos en las cuentas públicas; profundizando el déficit comercial externo, por la apertura indiscriminada de las importaciones; a lo que contribuyó también el desfinanciamiento del Estado, eliminando las retenciones y otros impuestos que percibía, y la enorme emisión de deuda cuasi fiscal que emitió el Banco Central a través de las lebacs, apeló al endeudamiento en los mercados internacionales de capitales, detallaron los sectores consultados.

El cuadro se agravó cuando los mercados advirtieron la fragilidad de la economía argentina y suspendieron los préstamos, la fuga de capitales provocó una profunda crisis cambiaria que elevó el valor del dólar 100% impactando fuertemente en la inflación y al Gobierno no le quedó otra alternativa que recurrir al salvataje del FMI.

De esta manera, la deuda externa que había dejado de ser un problema para la economía argentina comenzó a ser su agravante. La administración central empeoró el déficit fiscal financiero, que incluye los pagos de los intereses de la deuda externa que, según el presupuesto para 2019 que presentó en el Congreso, crecerán un 49% a raíz del fenomenal endeudamiento que incubó en estos casi tres años de gestión, en los que incrementó los compromisos externos en 150.000 millones de dólares, engrosados con los 57.100 millones del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y otros organismos. (ver cuadro Emisión de deuda soberana en países emergentes).

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De producción ni hablemos, Argentina es el segundo país en el mundo con mayor caída del PBI en 2018. Pese al programa que impuso al país, el Fondo Monetario Internacional, empeoró los pronósticos para la economía nacional.

Según las cifras que surgen de su informe sobre las “Perspectivas de la Economía Mundial (World Economic Outlook por sus siglas en inglés) difundido la semana pasada, el país estará en recesión al menos hasta el año próximo, la actividad económica caerá 2,6% este año y otro 1,6 por ciento en 2019, lejos de lo estimado por el Gobierno de 2,4% para 2018 y una caída del 0,5 por ciento para el año que viene. Eso implicaría que en 3 de los 4 años del gobierno de Macri la economía decreció.

En la región, el derrumbe de 2,6% del PBI que estimó el FMI para la Argentina sólo es superado por Venezuela, que sufrirá una contracción del 18%. Los otros países que figuran entre Venezuela y la Argentina son de bastante menor envergadura en el contexto global, tanto política como económicamente: Dominica, Guinea Ecuatorial, Nicaragua y Sudán del Sur.

En tanto, en la tabla de 65 países que divulgó el FMI entre mercados desarrollados y emergentes, se desprende claramente que el argumento del Gobierno de los “shocks externos” para explicar la recesión de la economía argentina es sólo un relato.

Ningún otro país, ni emergente ni desarrollado, sufre semejante golpe en su actividad. Es más, la mayoría de los países terminarán este año con crecimiento y en la mayoría de los casos será incluso mayor al pronóstico que había efectuado el propio organismo internacional en el primer trimestre de este año.

Argentina escaló al 5° puesto en el ranking de inflación mundial. Tanto insistió el macrismo con que con el gobierno anterior íbamos camino a ser Venezuela pero son los índices económicos de la era Macri los que nos están acercando a ese escenario.

Los datos incluidos en el mismo informe de Perspectivas Globales del FMI (WEO) estima que este año el país cerrará con una inflación del 40,5% y del 20,2 para el año que viene, pero como vimos anteriormente a costa de una fuerte caída de la actividad económica y del empleo. (Ver cuadro Ranking mundial de inflación).

No obstante, las estimaciones del organismo internacional son más optimistas que las previsiones del sector privado y del propio gobierno argentino.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado que elabora el Banco Central en base a las consultoras privadas producido en septiembre, esperan una inflación de casi el 45% en 2018. Mientras, para el año que viene el Presupuesto Nacional enviado al Congreso estima una inflación del 23%, recesióny ajustazo económico y social mediante, también mayor que los números difundidos por el FMI.

Ránking mundial de inflación

Ránking mundial de inflación 2018