Los productores manifestaron su malestar, tras la presentación del Presupuesto 2019 que planea manejar los Derechos de Exportación a discreción y subir las retenciones hasta un 33%.

No suele ser una buena idea chequear los diarios demasiado temprano. Claro que uno no lo sabe hasta el momento en que siente ese conjunto de sensaciones en el estómago que no logra encontrar el punto medio entre el hambre y el disgusto. “El jueves 13 el Presidente nos dijo que esta situación era transitoria y que eran $4 por dólar en caso de la soja hasta diciembre del 2020. Nos advirtió que él estaba en contra de este tipo de medidas pero que era el único camino que aparecía para enfrentar la situación. Hasta el domingo, teníamos la certeza de que el esquema no se modificaba. El lunes a la mañana nos despertamos con esta noticia”. El que habla es Gabriel De Raedemaeker, titular de Cartez Córdoba.

El periódico decía que el Gobierno nacional presentaba el Presupuesto 2019, que en él planteaba que el Poder Ejecutivo podría manejar los Derechos de Exportación a discreción hasta el 31 de diciembre de 2020 y llevarlos a una alícuota máxima del 33%. El punto en cuestión aparece en los artículos 83 y 84 del proyecto presentado por Nicolás Dujovne en la Cámara de Diputados y que estudian los legisladores nacionales para darle sanción antes de que finalice el mes de octubre, si se cumplen los deseos de la mesa chica de Cambiemos.

“La situación es complicada”, señala Alejandro Buttiero, presidente del Consejo Provincial de Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada). “Primero te dicen que no te van a aplicar retenciones, después terminan aplicando. Te dicen que van a ir bajando porque al Presidente le causa mucho dolor aplicarlas, y suben. Te dicen que van a ser móviles para que se vayan licuando a medida que vaya subiendo el precio y nunca se licúa nada. La verdad es que esto termina de confirmar las sospechas que uno tenía porque esto empezó siendo un rumor y, lamentablemente, acá todos los rumores se terminan convirtiendo en realidad”.

Lejos de aquellos abrazos

Las fotos en que el presidente Mauricio Macri y los referentes de todos los sectores del mundo agropecuario se fundían en abrazos, sonrisas y festejos compartidos parecen empezar a guardarse en el cajón de los recuerdos felices. Sucede que la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada trajo consigo la eliminación de impuestos para la exportación para el maíz, trigo y girasol; y un esquema de reducción paulatina para la soja. Hasta ahí todo bien, pero pasaron cosas.

A mediados de agosto de este año y en medio de una crisis financiera que impidió al Gobierno poder cumplir con las metas a las que se había comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se anunció que se iba a continuar con la baja prevista en la alícuota, pero se suspendió por seis meses la baja establecida para aceites y harinas. En el mismo anuncio se decidió la eliminación del “Fondo Sojero” a través del cual se transfería a provincias y municipios el 30% de la recaudación de los derechos de exportación a la soja y se redujo en un 66% el monto total pagado en concepto de reintegros a la exportación. Un mes más tarde, el Ministerio de Agroindustria se convirtió en Secretaría y tras una supuesta negociación con los gobiernos locales, el Presupuesto avanzó aún más allá.

El Presidente nos pidió el apoyo y recibió el acompañamiento de la federación; cualquier otra modificación debería salir de la base de un acuerdo con las entidades y los productores porque si no es así, va a ser muy mal recibida”, anticipa a La Nueva Mañana De Raedemaeker y la sensación es compartida por la mayoría de los sectores que nuclean a los productores. Desde la Sociedad Rural de Córdoba expresan su preocupación por la totalidad del cuerpo del proyecto de ley y hacen un hincapié fundamental en la falta de previsibilidad.

Vos imaginate que no podemos ni siquiera proyectar el costo del gasoil hasta fin de año”, dice su presidente, Pedro Salas, al ser consultado al respecto. “Nosotros vemos con preocupación el descuido de la agroindustria y de la industria en general. Las fábricas de tractores, por ejemplo, están trabajando a un 60% de su capacidad instalada. Y esa es una herramienta esencial para nuestro trabajo”, señala en diálogo con La Nueva Mañana. “No vemos la apuesta al desarrollo industrial ni al desarrollo de la producción. No existe el fomento y al día de hoy se están cerrando hasta fábricas de dulce de leche”, dice, entre ofuscado y genuinamente preocupado.

Baja en las expectativas

Si bien desde el Gobierno se repite que el “comienzo de la recuperación” para el 2019 estará asentado en una buena cosecha (hasta dicen “récord”), la realidad que vislumbran los productores no tiende a ser demasiado optimista. “Todo va a depender de cómo evolucione el clima”, señalan desde Cartez.

Nosotros tenemos en Córdoba una cifra récord de cultivos de invierno que está en un momento muy crítico porque es un tiempo definitivo en el que se necesita una buena lluvia de manera urgente. El problema es que esa lluvia no aparece. Ese tipo de planificaciones difícilmente modifiquen el planteo de siembra diseñado para la próxima campaña, los insumos ya están comprados y no se pueden cambiar sobre la marcha esos esquemas. Primero hay que sembrar, después tiene que llover y no tenemos que enfrentarnos a episodios extremos. Es muy difícil pronosticar una campaña desde el escritorio, hay que transitarla”.

Pero no todo es clima para la realidad de los productores. Ni tampoco todo es a favor cuando quienes exportan analizan el comportamiento inestable del dólar. De Raedemaeker lo explica señalando que “el paquete tecnológico para la producción agrícola está dolarizado. Si nosotros tenemos que comprar con un tipo de cambio que no tiene retenciones y tenemos que vender con retenciones, la cosa cambia porque la plata sale del mismo bolsillo. En este esquema en que el acceso al crédito está tan restringido y es tan caro, el único lugar de donde puede salir el dinero es desde la producción”. Esa imposibilidad de acceso al crédito aparece como otra gran traba y no es sólo un problema que expresen los sectores relacionados con la agroindustria.

Las altas tasas de interés que fija el sistema financiero nacional, de hecho, ha puesto entre la espada y la pared a muchos productores que hoy, aseguran desde la Sociedad Rural, están al borde de perder sus campos a través de la ejecución de entidades de préstamo. “Nosotros no vamos a permitir que se remate ningún campo, no queremos otra 1050”, dictamina Salas. “Yo ya vi cómo esto estuvo a punto de suceder con algunos pequeños propietarios del norte provincial a los que la sequía los fulminó”, asegura el dirigente que anticipa que intentará tramitar lo que haya que tramitar vía legislativa para evitar que “los productores pierdan lo más valioso que tienen que es su capacidad de trabajo”.

“Queremos que aporte la política y la justicia, cosa que no estamos viendo”

Todo parece indicar que los artículos 85 y 86 no están entre los que generan mayores conflictos en el cuerpo legislativo que tiene que debatir el Presupuesto. De todos modos vale aclarar que, según el texto, el Ejecutivo tendrá potestades y no obligaciones sobre el porcentaje a aplicar en materia de retenciones. “Ojalá sea sólo un rumor. Otra vez le pegaron un manotazo al campo y así se rompe la confianza”, dice Buttiero. “Yo hubiese preferido que me llamen al diálogo para que al menos tengamos la oportunidad de defendernos. Todo va a ser negativo en materia de producción y rotación de cultivos. Se va a sojizar más porque el mismo sistema no te va a dejar apostar al maíz. Es muy costoso apostar al maíz, no tenemos un seguro multirriesgo y corremos el peligro de perderlo todo”, señala.

Para De Raedemaeker “no hay retenciones malas para un gobierno y buenas para otros. Las retenciones son muy malas para el sector porque desincentivan la producción y se llevan plata del interior hacia un destino que uno no conoce. Hicimos un gesto patriótico, pero hasta aquí”, advierte plantando bandera. “Nosotros queremos ver también el achicamiento de la política y que todos los sectores de la economía participen en igual medida para que esto sea más equitativo. Queremos que aporte la política y la justicia, cosa que no estamos viendo”. Pedro Salas, por su parte, ve el problema aún más allá de la alícuota en sí. Entiende que hay sectores que están en una situación más favorables, como el sector cárnico, pero le preocupan las consecuencias que pueden traer aparejadas la decisión de ponerle fin al “Fondo Sojero”.

La plata que reciben las provincias y los municipios siempre son utilizadas para mejora los caminos y para ayudar a los productores en los momentos que más se necesitan, por ejemplo durante las inundaciones”, dice. Al mismo tiempo, parece asomarse a un problema de fondo que muchas veces esconde una gravedad mayor que la analizada, incluso, en estas líneas. “En este país se dejó de utilizar un término que para mí es muy importante: el de soberanía alimentaria. A lo mejor algunos integrantes de mi mesa directiva piensen lo contrario, pero con todo esto de la negociación del FMI se están dejando todas estas cuestiones a un lado para que las maneje el mercado y yo no estoy de acuerdo con que el mercado regule todo”.

¿Qué dice el Presupuesto sobre las retenciones?

LA LETRA CHICA

  • ARTÍCULO 83.- Establécese que, en el marco de las facultades acordadas al PODER EJECUTIVO NACIONAL mediante los Artículos 755 y concordantes de la Ley Nº 22.415 (Código Aduanero) y sus modificaciones, se podrán fijar derechos de exportación cuya alícuota no podrá superar el TREINTA Y TRES POR CIENTO (33%), del valor imponible o del precio oficial FOB. El PODER EJECUTIVO NACIONAL podrá ejercer esta facultad hasta el 31 de diciembre de 2020.
  • ARTÍCULO 84.- Sin perjuicio de lo previsto en el artículo anterior, mantendrán su validez y vigencia los Decretos Nros. 1126 del 29 de diciembre de 2017 y sus modificaciones, 486 del 24 de mayo de 2018 y sus modificaciones, 487 del 24 de mayo de 2018 y sus modificaciones, y 793 del 3 de septiembre de 2018 y sus modificaciones, como así también toda otra norma vigente que se haya dictado en el marco de aquellas facultades.