Ricardo Lorenzetti dejará de liderar el máximo tribunal de justicia, cargo que ocupa desde 2007. Sería a partir de enero del próximo año, cuando asuma Elena Inés Highton de Nolasco, actualmente vicepresidenta del cuerpo. Luego, tomaría el mando Carlos Rosenkrantz.
Ricardo Lorenzetti, dejará de ser el presidente de la Corte Suprema de Justicia, cargo que ostenta desde inicios de 2007. El cambio no se hará efectivo hasta enero de 2019, momento en que Elena Highton de Nolasco tomará el mando del máximo tribunal.
Lorenzetti llegó a la Corte Suprema el 12 de diciembre de 2004, propuesto por el entonces presidente Néstor Kirchner y luego de ser aprobado su pliego para ocupar la vacante que había dejado Adolfo Vázquez. Posteriormente, el 7 de noviembre de 2006, fue designado como Presidente del cuerpo, cargo que asumió formalmente el primer día hábil de 2007, en reemplazo de Enrique Petracchi.
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El actual presidente del máximo tribunal mantiene un fuerte enfrentamiento con la diputada nacional Elisa Carrió, quien lo acusó de encabezar una «SIDE paralela», y denunció por enriquecimiento ilícito, irregularidades, lavado de activos, falso testimonio, cohecho y encubrimiento por supuestas irregularidades en el manejo del Laboratorio de Toxicología de la Morgue Judicial.
«Gracias a Dios», dijo la líder de la Coalición Cívica sobre los cambios, y añadió: «Es un milagro. Se terminó la impunidad y la extorsión».
Según trascendió, luego de que Higton de Nolasco asuma la presidencia de la Corte, llegará el turno de Carlos Rosenkrantz, uno de los elegidos de Mauricio Macri para reemplazar a Eugenio Zaffaroni.
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Cabe recordar que Rosenkrantz fue nombrado como miembro de la Corte dentro de la primera semana de la gestión de Macri, mediante un decreto de necesidad y urgencia, cuestión que despertó una fuerte polémica.
No obstante, luego de audiencias públicas en el Senado fue ratificado por el Congreso, que aprobó su pliego el 15 de junio de 2016.
Quién es Carlos Fernando Rosenkrantz:
Carlos Fernando Rosenkrantz nació el 28 de octubre de 1958. En 1983 terminó la carrera de abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Luego hizo un Magister en Derecho y se doctoró en la Universidad de Yale. Fue Becario de la Comisión Fulbright, de la cual fue miembro durante los años 2013 a 2015.
En 2016 recibió el Premio Konex a las Humanidades de la Argentina, en la disciplina «Teoría y Filosofía del Derecho». Hasta ser designado como juez de la Corte se desempeñaba como rector de la Universidad de San Andrés. Antes fue profesor en la New York University, en la Richmond School of Law, en la Denver University, en la Universitat Pompeu Fabra, España y en la UBA. En cuanto a su trayectoria política se puede mencionar su comienzo en la Unión Cívica Radical como miembro del grupo de trabajo de Carlos Santiago Nino. También colaboró con el Consejo para la Consolidación de la Democracia en el estudio de la reforma de la Constitución Nacional. En 1994 fue asesor de Raúl Alfonsín en la Convención Constituyente.
Al servicio de grandes clientes
Las críticas y cuestionamientos a Rosenkrantz no tienen que ver sólo con la forma en que fue designado. Tampoco con su perfil académico o idoneidad, sino con algunos aspectos de su práctica profesional concreta, con antecedentes de su rol como abogado que dan cuenta de su perfil ideológico y social. “El 19 de agosto del 2016 el Dr. Carlos F. Rosenkrantz se desvinculó del Estudio y dejó de practicar la abogacía por haber sido designado Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
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El breve texto acompañado de una foto del juez, corresponde al sitio del estudio jurídico Bouzat, Rosenkrantz & Asociados, fundado en 1990 por el flamante ministro la Corte y otros letrados. Como miembro de este bufete de abogados de prestigio internacional Rosenkrantz fue abogado de grandes empresas y corporaciones: Cablevisión, Grupo Clarín, La Nación, La Rural, McDonald’s, YPF, América TV, Claro, Farmacity, además de la Entidad Binacional Yaciretá y de las provincias de Santa Fe y Corrientes.
En defensa de la Corpo La relación con el Grupo Clarín es una de las cuestiones que más ruido hacen entre sus antecedentes. En 2011 fue denunciado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, que consideró que Rosenkrantz creó en noviembre del 2000 la ONG Asociación para la Defensa de la Competencia con el objetivo de defender los intereses del grupo multimediático. El hecho revestiría como “estafa procesal”.
La ONG de Bouzat y Rosenkrantz presentó un amparo para favorecer a Cablevisión (Grupo Clarín) que contrariaba una resolución de la Secretaría de Comunicaciones donde se declaraba la caducidad de la licencia para prestar servicios de internet y telecomunicaciones de Fibertel, firma denunciada en 2011 por haber sido absorbida por Cablevisión de manera irregular.
La única acción anterior de la ONG también había sido a favor de Clarín: “Asociación para la Defensa de la Competencia c/Estado Nacional, Ministerio de Economía s/acción declarativa”. Tal acción consistió en una queja por la fusión Telefónica-Telecom. Lógicamente no emitió palabra alguna respecto de otra fusión empresaria: la de Multicanal-Cablevisión que benefició a Clarín. La ONG, que tenía la misma dirección del estudio jurídico, fue denunciada como falsa.