Por Daniel Cerutti (Especial para Regionalísimo)
Los fantasmas, los nazis, las actividades paranormales, como mitos forzados e inducidos, predominan en las narraciones del Hotel Viena, Miramar laguna de Mar Chiquita, Córdoba, República Argentina. Se minimizan hechos, situaciones y testimonios de una historia documentada, rica y cautivante.
En 1938 la Pensión Viena (cuyo edificio en ruinas aun existe con el logo estampado en su muro lateral), tenía como anexo y con idéntico estilo arquitectónico el Pabellón de Baños Termales, aplicación de barro y masajes, que estaba emplazado en la planta Oeste. Esa construcción continuó siendo el atractivo convocante del nuevo Hotel Viena construido por la Grün & Bilfinger.
En 1943 el diario Los Principios publicó el suceso inaugural con una breve nota con la lista de las personalidades presentes y Sucesos Argentinos filmó el acto y las instalaciones. Curiosamente la máxima autoridad presente era el Gobernador de Santa Fe, Dr Joaquin Argons, el Intendente de Santa Fe, Dr Hugo Freyre y, representando a la Provincia, el secretario de Turismo, Tristan Paz Casas. Aun para Córdoba el mar interior de la llanura no tenia gran interés en el auge de las sierras. En 1946, en un mundo de posguerra, el Hotel se cierra y sus instalaciones nunca más volvieron a funcionar. Aun así el Dr Fernando R. Torres, su director, pudo elaborar, editar y divulgar en las principales revistas medicas una prolija casuística con los extraordinarios beneficios logrados en la salud de las personas que pasaron por allí. La antología de esa época comienza indudablemente con la frase que escribió de puño y letra Juan Feliciano Manubens Calvet en su paso por el Viena (25 de Febrero de 1943) «El Hotel Viena significa un mojón mas del progreso plantado en tierra argentina por el esfuerzo extranjero como si él quisiera estimular la acción de los gobiernos en favor del Turismo que es fuente generadora de riqueza y bienestar. Mar Chiquita espera de los resortes oficiales la mayor dedicación, para que las bondades de sus aguas alcancen a los mas».

Hace pocos años, al narrar lo que el tituló La verdadera Historia del Viena, el Ing. Estanislao Kolomi escribió «El único motivo por el que hayan elegido Miramar para semejante emprendimiento es por los maravillosos dones curativos de sus aguas, fango y su microclima, dicho de otra forma este hotel es un monumento tangible y malogrado a las bondades de la laguna Mar Chiquita.»
Son ambos textos inteligentes, potentes, estimulantes que se pueden leer, analizar y proyectar a la actualidad para tratar de comprender ¿Porque el recurso histórico de Miramar, la postal obligada y la referencia permanente de su historia, está hoy prácticamente ausente en su oferta, es una vieja historia de otros tiempos que desapareció como signo de identidad?
En el 2003 el desborde de la laguna Mar Chiquita motivó que por primera vez en los casi 100 años de la localidad de Miramar las autoridades provinciales por decisión expresa del Sr gobernador emplazaran in situ un Comité de Emergencia para brindar a la población afectada una asistencia integral sin precedentes que abarcó todos los planos de la vida comunitaria, incluida asistencia sicológica y la construcción de un Barrio de viviendas. Poco tiempo después y ya con la municipalidad de Miramar con autoridades que respondían a la misma ideología neoliberal con eje en el Marketing, el Gobierno de la Provincia de Córdoba concluyó con fondos de la Tasa Vial y con sustanciales modificaciones un gran camino costero cuyos terraplenes habían sido iniciados y dejados inconclusos por el Gobierno Nacional. Luego de su inauguración el gobernador anunció que había firmado el Decreto y que se iba a construir en Miramar un Hotel Internacional con Casino, Golf, SPA, puerto con muelle. Se iniciaron inmediatamente las expropiaciones de tierras (50 Has). Nunca se difundieron las cifras de estas acciones de traspaso de dominio en la zona de mayor valor urbanístico, paisajístico, histórico, espiritual. Cabe destacar que también se expropió y traspasó el dominio de varios terrenos bajo el agua en la zona adyacente. Esta acción jurídica sienta un precedente que de ser extensivo obligaría al Gobierno de Córdoba a expropiar 37 manzanas bajo el agua cuyos dominios aun son de propiedad privada. Todas las acciones emprendidas estaban dirigidas a lograr que «Miramar vuelva a sus épocas de oro y recupere el esplendor perdido», así lo dejaron estampado para los tiempos en el Decreto del Poder Ejecutivo donde inexplicablemente no figura la Municipalidad de Miramar entre las instituciones y organismos participantes. «Solo el estado provincial puede mediante políticas adecuadas impulsar nuevamente a esa localidad». Poco tiempo después el gobernador manifestó que «Miramar hay muchos» y que le gustaría que se llamase «Miramar de Ansenuza». Su deseo fue rápidamente acogido por sus seguidores y sin buscar consensos decidieron por mayoría del HCD cambiar el nombre, con el que varias generaciones habían transitado casi un siglo de vida comunitaria. Daba la impresión que con prepotencia de proyectos unilaterales y millones se imponía también una nueva fundación del pueblo. Ya anteriormente el gobernador, «el hombre» en persona, había elegido las losetas de las veredas costeras similares a su amado Brasil, trataba de dejar su impronta pues era su idea, su proyecto, su visión, en definitiva el «Estado soy yo». La obra de la costanera fue ampliamente difundida por los medios y se resaltó su «carácter defensivo para proteger inversiones y resguardar a la población de los embates del agua», todo con fondos públicos que al inicio se fijaron en 8.000.000 millones para la costanera y 40.000.000 millones para el Hotel y que finalmente superaron con creces los «500.000.000 millones». Hace muy poco tiempo el Gobierno de Córdoba anuncia para Miramar el destino de una nueva partida de dinero de 36.000.000 millones de pesos para «defender la defensa» que ya fue construida e inaugurada. Y para proteger los geotubos que eran la última y costosa tecnología aplicada para contener el agua. Si comparamos estas cifras con los 300.000 Pesos Argentinos que invirtió por todo concepto el Gobierno de Córdoba» en el periodo democrático 1983 1992″, incluidas las cifras que se destinaron a las demoliciones, se puede apreciar la magnitud de las inversiones referidas. Y si comparamos toda la inversión pública que requirió el mejor Miramar de todos los tiempos 1973/1976 donde el máximo aporte del Gobierno de Córdoba fue el cemento a granel, para la costanera todo lo demás fue realizado por administración y ejecución municipal y aun así se logró construir una bellísima avenida costanera con espigones y escalinatas más de diez playas publicas distribuidas en toda la costa a partir de la emblemática «Playita de los pobres», se construyó e inauguró el Centro Balneológico Termal, se realizaron congresos nacionales de Termalismo y el Congreso Nacional de Ornitología, se realizaron ediciones del Nocheramas e innumerables acciones que respondían a la identidad histórica de Miramar. Las actuales autoridades municipales, después de casi diez años de gobierno, con recursos superiores a todas las administraciones precedentes e innumerables y continuos aportes de dinero, no han realizado ninguna acción basada en la explotación de los recursos históricos de la laguna Mar Chiquita. Hace muy poco tiempo informan de un viaje a Murcia para estudiar la Talasoterapia (agua de mar filtrada y calentada que siempre se llamó en nuestra comunidad Baños Termales) y un convenio con Miami, que se suman a los continuos viajes nacionales e internacionales sin que a la fecha se puedan apreciar beneficios tangibles para la población. Es tan nuevo este Miramar que ninguna institución ni medio de difusión informa sobre fallecimientos, como si la muerte no fuese parte de la vida y los que se fueron de ella no hayan dejado su impronta en la comunidad. Tampoco se difunde la historia de Miramar ni se recuerda a quienes con sus luces y sombras coadyuvaron a darle identidad. Leer, valorar, proyectar, recordar e interpretar la historia del pueblo que representan aun es una asignatura pendiente. La supuesta existencia de aguas termales en el subsuelo de Miramar y su posible explotación originó un proyecto institucional que aun no mereció estímulos ni aportes de los poderes públicos nacionales provinciales y municipales y ahí está El Quicho Serrezuela Cruz del Eje como testimonio comparativo, en la construcción de la escuela Rubén Dario durante una perforación se descubrió de casualidad una cascada geotérmica con caudal y gran presión (sin bombeo) con temperaturas de casi 50°C. Desde años está ahí abandonada sin que a nadie le interese ni estimule su explotación. Este recurso puesto a disposición por la naturaleza gratuitamente marca la paradoja pues por otro lado y en Miramar se buscan inversores para realizar un pozo a 1.000 metros de profundidad (1.000.000 de dólares el costo de la perforación) y luego realizar un Parque Termal para revertir la estacionalidad.
Mientras tanto la más fascinante y eficaz difusión de Miramar, su enorme potencial y su historia tiene tres referentes insoslayables que nutren con creces la nostalgia de los que están lejos y que también provocan admiración en quienes tienen oportunidad de ver el trabajo que realizan sin fondos públicos, sin marketing, sin slogan y sin autoelogios. Me refiero a Huguito Giraudo (fotógrafo), Gustavo Llerena (apasionado de vuelo) y Mariana Zapata (historiadora). Con sus respectivos trabajos personales no institucionales, con impecable talento, generosidad y bajo perfil, Hugo con su máquina fotográfica capturando imágenes de la naturaleza que conmueven, sus últimas fotos de flamencos no dejaran indiferentes a nadie. Gustavo en su tiempo libre vuela como un silencioso pájaro por las calles que no podemos caminar los que estamos afuera permitiendo a todos ver en imágenes de gran calidad cómo evoluciona la relación hombre naturaleza. Y Mariana con respeto y profesionalidad trata de leer la historia de Miramar solo para intentar decir que sin raíces y sin identidad no somos nada.
Uno de los recursos naturales, acorde con la identidad histórica, se llama «barro» y duerme desde siempre en el lecho de la laguna Mar Chiquita. Los lugares del mundo que lo utilizan revierten la estacionalidad, crean fuentes de trabajo y bienestar compatibles con el respeto a la naturaleza. Citaré solo tres ejemplos de lugares que pude comprobar tienen continuidad histórica: Mar Muerto (Israel), Archena Murcia (España), Copahue Neuquén (Argentina); los tres pueden ser considerados referentes mundiales en aplicación de Fangoterapia y Termalismo y curiosamente lo que los identifica es la utilización del barro en instalaciones que parten del concepto minimalista y que son por lejos las preferidas de los usuarios. En Archena Murcia el mundialmente famoso masaje consiste en pequeñas duchas de agua termal a 37°C dirigidas a las articulaciones, los masajistas untan sus manos en panes de barro (lo fabrican allí con arcillas de Toledo y agua termal de lugar) para efectuar los tratamientos Archena. Tiene además un parque termal, tres hoteles y una completa infraestructura. En Copahue Neuquén (tal vez un lugar único en el mundo por sus recursos), la laguna del Chancho es considerado el baño más completo y famoso, y curiosamente el que menos infraestructura requiere. Este Complejo es un referente mundial privilegiado en cuanto a la extraordinaria variedad y calidad de recursos, aguas, fangos, vapores, pero a la fecha no ha logrado ampliar la temporada a más de cuatro meses pues el resto del año el complejo queda bajo la nieve y custodiado el lugar por la gendarmería, fracasaron allí todos los intentos aun los de calefaccionar su acceso y calles con vapores (geotérmica). El clima mediterráneo de Miramar permitiría ampliar la temporada si se explota uno de sus atractivos históricos para volver a ser un destino diferente. Esto no trae aparejado recrear el barrito Eulogio con barro envasado en latas de durazno al natural ni tampoco volver a construir el complejo del Viena, hacerlo sería aplicar una lógica contraría a los tiempos. En este largo e injustificado impasse la naturaleza ha continuado trabajando para producir un elemento extraordinario, este recurso permanente y estable al margen de los ciclos de la laguna debe ofrecerse a los usuarios previo rigurosos controles en todas las etapas Extracción – Maduración – Almacenamiento – Utilización y Reciclado.
Su uso no debe ser sinónimo de medicina alternativa. Nuestros profesionales tienen el desafío de dar cuotas de belleza y funcionalidad diseñando instalaciones adaptadas verano/ invierno partiendo del concepto minimalista. Todos los que piensan que Miramar debe volver a ser Miramar tienen la obligación de armar un proyecto alternativo al actual y, aun desde la oposición, insistir y luchar para que la Municipalidad de Miramar recupere su rol insustituible de institución madre, que busque y genere consensos con proyectos propios y conduzca el proceso de explotación del barro para fijar pautas de respeto a la naturaleza. La lectura profunda de la historia de Miramar y un activo protagonismo del pueblo sin miedos, sin lógicas de conveniencia individual, puede permitir que el oro negro dormido en el lecho de la laguna y un marco natural de ensueño sean una oferta autentica, fascinante y convocante todo el año.
FUENTE: regionalisimoenlinea.blogspot.com.ar