Reconoce como un problema para la lucha que los trabajadores apoyen a Macri. Diferencias en la postura con Schiaretti y con los gremios alineados al Gobierno nacional.

José Pihen, secretario General de la CGT Regional, reconoce que en Córdoba la unidad sindical no es posible y deslinda responsabilidades en Mauricio Saillén, el jefe del gremio de los recolectores de residuos (Surrbac). Precisamente este gremio se hizo presente el último miércoles en la Unicameral con motivo de la sanción de la ley que adhiere a la Ley Nacional Nº 24854, que declara el 2 de octubre como Día Nacional del Recolector de Residuos.
En su intervención Pihen, que pertenece al bloque de Unión por Córdoba, argumentó la importancia que tienen los sindicatos para este tipo de conquistas “en estos momentos en los que al sindicalismo nos pegan por izquierda, centro y derecha”.
En una entrevista con LA NUEVA MAÑANA, el histórico dirigente sindical, que ya cumplió cincuenta años en la administración pública representando a los trabajadores del Estado, al frente del Sindicato de Empleados Públicos (SEP), dijo que la reforma laboral que llevará adelante el Gobierno nacional es “la profundización de la flexibilización laboral” llevada adelante por los gobierno de Carlos Saúl Menem y de Fernando De la Rúa y reconoce como principal problema para la lucha contra la tan mentada regulación, que sus propios trabajadores apoyan mayoritariamente al Gobierno de Mauricio Macri.

-¿Tiene similitud esta reforma laboral a la que se aplicó en la década del ´90?
-Yo creo que es la profundización de la de los 90 que dio un envión en aspectos tales como la polifuncionalidad, por ejemplo. Se avanzó mucho en eso, se avanzó en la flexibilidad. Yo digo que Córdoba todavía tiene el orgullo de haber sido la primera provincia en la que se realizó en aquellos años, un 29 de abril, víspera del primero de mayo, la primera movilización en todo el país contra la flexibilidad laboral, estoy hablando de 1989.

-¿Va a pasar algo similar ahora?
-Nosotros lo estamos haciendo ahora en el marco de una campaña que estamos llevando adelante la CGT de Córdoba, la de Río IV, la de Villa María y la de Bell Ville, en donde estamos desarrollando encuentros regionales por un lado, capacitación muy intensa en muchos gremios a sus respectivos delegados sobre el contenido de la reforma y por qué el rechazo. En donde también es justo decirlo encontramos dificultades grandes. En primer lugar que muchísimos de nuestros trabajadores han votado este gobierno de Macri. Segundo, nuestros delegados cuando se plantea el tema de la reforma, hay un número importante que dicen que no creen que esto vaya a ocurrir. Y en tercer lugar hay un escenario que complica aún más la cosa: ya hay una suerte de CGT de Macri, las llamadas 62 organizaciones que si se levantaran los que la fundaron en su momento como rechazo a la intervención que caía sobre la CGT nacional, si se levantaran de sus tumbas se volverían a morir, digo yo. Hoy se titulan 62 organizaciones los gremios que están bancando al Gobierno de Macri y en consecuencia a la reforma laboral. Quiero decir con esto que, la posición que sustenta la CGT de Córdoba, la de Villa María, la de Río IV, la de Bell Ville, en alguna medida la CGT nacional también, es una medida que no tiene el consenso de todas las organizaciones sindicales, por eso el escenario es difícil, porque hay una indudable legitimación del Gobierno de Macri por el voto; nadie puede negar eso, porque hay parte del movimiento obrero que prefiere callarse o alinearse y porque de los propios trabajadores representados por las organizaciones que nos oponemos hay muchos que no creen que esto vaya a ocurrir. En ese escenario es que nosotros elegimos decir claramente lo que pensamos.

Ya hay una suerte de CGT de Macri, las llamadas 62 organizaciones que si se levantaran los que la fundaron en su momento como rechazo a la intervención que caía sobre la CGT nacional, si se levantaran de sus tumbas se volverían a morir, digo yo.

-¿Es complicado el momento político en Córdoba? Porque el propio gobernador Schiaretti se pronunció a favor de la modificación de las condiciones en el sector pymes.
Esa expresión de Schiaretti no es del todo clara ¿no? No sería la que más me gusta a mí. Si eso forma parte de la reforma laboral, es obvio que no pensamos igual. Si se refiere solamente a un régimen particular en virtud de la protección de la pymes habrá que ver. Les estamos pidiendo a todos los candidatos a diputados nacionales que se expresen en torno a la reforma laboral y ya Alejandra Vigo como Daniel Passerini y como Paulo Casineiro se expresaron claramente en contra de cualquier reforma laboral que pase por el Congreso donde ellos pueden llegar a esta después de las elecciones.

-¿Cómo visualiza en el mediano plazo, si la reforma laboral avanza a nivel nacional, el escenario con la CGT de Córdoba?
-Conflictivo por un lado y difícil por la realidad que yo he descripto. Nosotros reconocemos hoy que no tenemos una mayoría abrumadora de trabajadores que defiendan el modelo y que se expresen en contra de la reforma. Nosotros no sé si estaremos en una posición mayoritaria, pero si es mayoritaria lo es muy precariamente, es probable que ni siquiera sea mayoritaria.

-Pero una vez hecha la reforma laboral, con todo lo que usted anticipa se entiende que va haber perjuicio para los trabajadores…
Yo creo que si vinculamos esto con lo que pasó en los ´90, el ejercicio de los ´90 de la flexibilidad laboral, tuvo un resultado: los índices de desocupación más altos de la historia del país y en consecuencia acá la reforma no va a ser neutra ni en ocupación/desocupación, o trabajo precario; no va a ser neutra en la situación de los trabajadores frente a su empresario, jefe o frente a su empresario-estado incluso. No va a ser neutra, va a perder. Pero bueno, nosotros creemos que tenemos la obligación de advertir esto. Tiene un aspecto testimonial digamos.

Es un camino hacia la globalización, globalmente se plantea esto, rebajar los salarios, eliminar condiciones de trabajo protegidas.

-¿Cree que las consecuencias de esta reforma laboral van a ser parecidas a la de los ´90 así como está planteada?
Es un camino hacia la globalización, globalmente se plantea esto, rebajar los salarios, eliminar condiciones de trabajo protegidas, por eso es la reforma de Francia, por eso la de Brasil que además replican otras que existen en el mundo desde mucho antes. Acá el modelo sindical es el que ha permitido que Argentina termine siendo como una suerte de último reducto porque es el único país del mundo en el que las organizaciones sindicales están estructuradas de esta forma y todavía los gremios siguen siendo como el último bastión. Pero el camino es el camino del capitalismo mundial, maximizar las ganancias, gastar lo menos posible en salario, no preocuparse por condiciones de trabajo y el lucro como objetivo máximo.

-¿Van a pedir alguna reunión con el ministro de Trabajo o con el presidente Macri por este tema?
No, no lo vamos a hacer. Las posiciones que nosotros tenemos que expresar las expresamos dentro del movimiento obrero, en este caso como regionales de CGT. No hemos podido llevar todavía una posición unificada a la CGT nacional pese a que la CGT Nacional conoce de primera mano cada uno de los pronunciamientos de la CGT de Córdoba. Ocurre que todavía no ha habido ningún plenario de delegaciones regionales de la CGT.

-¿Y eso no le llama la atención?
-Son caminos que legítimamente la conducción sindical puede tomar o no. A mí me gustaría que haya un plenario de delegaciones regionales, no es que esté desconociendo lo legítimo que es un Comité Central Confederal, porque es la reunión de todos los gremios confederados, según los estatutos de la CGT, pero si ocurre la reunión de delegaciones regionales tenemos decidido, vamos a llevar en forma conjunta, las cuatro regionales de CGT de la provincia una posición que incluya mucho más esclarecimiento sobre el tema de la reforma, mucha más capacitación sobre la misma y seguramente una posición más dura también con alguna expresión que utilice las herramientas que tiene para la protesta el movimiento obrero. Grosso modo ha habido una expresión de la CGT Nacional que a nuestro juicio no hace suficiente hincapié en el tema de la reforma.

-¿Van a pedir un paro general?
-Sí, por ejemplo.

Para que se produzca la reforma laboral en los ´90, la cúpula sindical estaba muy allegada en ese momento al presidente Menem. ¿Ve una situación similar ahora?
No sé si exactamente igual pero, repito, vimos por todos los medios que el ministro de Trabajo de la Nación estaba reunido con un grupo de dirigentes sindicales de las llamadas 62 mirando por televisión la movilización del 22 de agosto Si vemos lo que ocurre en Córdoba, ya sabemos que está constituida la auto determinada 62 y que están auspiciadas por el Gobierno nacional y nunca hemos oído que se expresaran en contra de la reforma o de alguna forma que dijeran de qué lado están. Está claro que están de ese lado.