Apenas veinte años después
El accidente, en el que murieron 74 personas, ocurrió el 10 de octubre de 1997. El juicio se realizará a partir del 12 de abril de 2018. Hay 26 acusados, entre ellos ex jefes de la Fuerza Aérea y ex directivos de la firma, por entonces operada por Iberia.

“Es una vergüenza la demora en la realización de un juicio que no se hizo antes porque tendría que haber derivado en un juicio político”, en 1997, durante el gobierno de Carlos Menem, por el descontrol del tránsito aéreo.

En diálogo con PáginaI12, el piloto de avión y director cinematográfico Enrique Piñeyro se refirió al anuncio que confirma que el juicio oral por la caída del avión de Austral en la localidad uruguaya de Fray Bentos se realizará a partir del 12 de abril de 2018, veinte años y seis meses después de una tragedia en la que fallecieron 74 personas. En el debate, a cargo del Tribunal Oral Federal 5, estarán en el banquillo de los acusados 26 personas, entre ex jefes de la Fuerza Aérea Argentina y directivos de la firma, que entonces era operada por la empresa española Iberia.

La causa, que en todo este tiempo pasó por tres juzgados federales, había sido elevada a juicio en junio de 2013 por el juez Sebastián Ramos, quien calificó el hecho como “atentado contra la seguridad de las naves o aeronaves”. Las penas podrían ser por “estrago doloso”, que tiene un máximo de hasta 20 años de prisión. La acusación en el juicio estará a cargo del fiscal Juan Patricio García Elorrio. El juez Ramos concluyó que hubo  “incumplimiento de los roles asignados a cada uno de los responsables” y que eso permitió “configurar una situación tal que generó la tragedia a la que todos los involucrados hicieron su aporte”.

El accidente del avión de Austral ocurrió el 10 de octubre de 1997 y el martes próximo será recordado por los familiares de las víctimas. “Es ridícula la demora y es vergonzosa porque algunos de los imputados ya fallecieron y otros quedaron impunes”, señaló Piñeyro, director del documental Fuerza Aérea S.A., que señaló responsabilidad de la cúpula de la institución en los accidentes de Austral y Lapa.

Piñeyro recordó que en el caso de Austral fue importante el informe que aportó en la causa el inspector general de la Fuerza Aérea, brigadier Eduardo Bianco, aunque señaló que tiene entendido que “ese documentos se había extraviado, de manera que no sé si será tenido en cuenta en el juicio”.

Piñeyro dijo que en la caída del vuelo 2553 de Austral “es evidente la responsabilidad de la Fuerza Aérea por haber habilitado el avión sin una alarma reglamentaria que podría haber evitado lo ocurrido”.

“La verdad es que dudo que se llegue a hacer justicia porque es muy decepcionante ver que la complicidad es lo suficientemente grande para que dos décadas más tarde todavía no haya un sólo culpable” condenado, afirmó.

Cuando ocurrió el accidente, Enrique Piñeyro era el investigador de accidentes designado por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y por la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA). Sostuvo, respecto a la investigación: “A nosotros nos tomó tres días entender las causas, pero el gobierno de Carlos Menem, que no entendía nada de aeronáutica, supo a las 24 horas que la causa había sido la tormenta” que se había desatado durante el vuelo, entre Misiones y Buenos Aires. El avión cayó a tierra y dejó un cráter en suelo uruguayo.

El análisis científico de la ocurrido determinó que el factor preponderante fue que “la autoridad aeronáutica –en ese momento en manos de la Fuerzas Aérea– había habilitado un avión sin una alarma que era obligatoria bajo las reglamentaciones vigentes” en el país.

Familiares de las 74 víctimas del vuelo Austral recordarán el vigésimo aniversario de la peor tragedia aerocomercial de la historia argentina sin haber visto en prisión a los responsables.

Yamila Nair Williams, familiar de una de las víctimas, tenía 12 años cuando ocurrió la tragedia. Ese 10 de octubre, su padre, Rubén Williams, la llamó desde Misiones, antes de subir al avión. “Me dijo que era un vuelo corto, que nos veíamos en un rato y se despidió diciéndome ‘te amo, cuida a mamá, cerrá la llave de gas’”. Williams tenía 37 años, tenía esposa y dos hijas.

Gisela Farrher tenía 15 años y la noche del accidente había decidido, por primera vez, ir a esperar a su madre al Aeroparque, junto con su hermana de 8 años. “Estábamos con un compañero de trabajo de mi mamá que había llegado en el vuelo anterior y como el de ella se demoraba fuimos a preguntar. Al principio nos dijeron que el avión estaba sobrevolando la zona, recién a eso de las doce de la noche reconocieron que habían perdido contacto con el avión”, relató Gisela.

“Cuando a las doce de la noche me llamaron por teléfono a mi casa para decirme que el vuelo de mi marido estaba desaparecido entendí todo. Mujer de piloto, sabe que vuelo desaparecido es vuelo caído”, dijo María Elena Blanco, la viuda de Jorge Cécere, comandante del vuelo 2553.

Ante la demora en la información y en la llegada del avión, los familiares de las víctimas se reunieron en el salón VIP del Aeroparque metropolitano, donde le confirmaron mucho después lo que había ocurrido. Durante muchos años, en caravana, viajaron a Fray Bentos para depositar flores en el cráter que produjo la caída del avión.