La presencia de Domingo Cavallo en las jornadas organizadas por el Banco Central fue la atracción en la cena de cierre. El titular del organismo que regula la política monetaria, Federico Sturzenegger, escuchó los consejos del ex ministro de Economía, factótum de la convertibilidad y el corralito, entre tantas otras decisiones que condicionaron el destino de la Argentina.

(Por Federico Kucher) Las jornadas neoliberales del Banco Central continuaron anoche con una cena de agasajo para algunos invitados selectos. La presencia del ex ministro de Economía de la primera Alianza, Domingo Cavallo, fue la frutilla del postre con la que se celebró el regreso triunfal de la ortodoxia al frente de la autoridad monetaria. avallo había sido jefe de Sturzenegger en 2001 y juntos fueron imputados en la causa del Megacanje. El ex ministro de Fernando De la Rúa, cuyo gobierno estalló con la convertibilidad, volvió anoche a su primer lugar de funcionario público: había sido presidente del Central en la última dictadura cívico militar y aprobó los seguros de cambio que implicaron la estatización de la deuda privada en 1982.

Las jornadas monetarias y cambiarias se organizaron este año con la presencia exclusiva de investigadores, consultores y funcionarios que responden al pensamiento económico de la corriente dominante de la alianza gobernante. No se escucharon propuestas alternativas a las del ajuste fiscal y la desregulación para administrar la economía argentina y en todos los paneles se defendieron las decisiones de política monetaria del Central. No hubo autocrítica sobre el salto de los precios del 2016, cuando se anotó la inflación más elevada en dos décadas, ni sobre el mega endeudamiento acumulado en los últimos 20 meses.

La presencia de Cavallo en el edificio de la autoridad monetaria recuerda a los años del uno a uno, cuando el ex ministro era el gurú de la economía. La relación con Sturzenegger es estrecha, puesto que el actual presidente del Central ocupó en 2001 el cargo de secretario de Política Económica. Llegó a esa función de la mano de Ricardo López Murphy en marzo de ese año y conservó el cargo cuando asumió Cavallo al frente del Palacio de Hacienda. Fue en esa gestión cuando se anunció el recorte del 13 por ciento de los salarios de la administración pública, de las jubilaciones y de las asignaciones familiares. Sturzenegger renunció unas semanas antes del estallido del 20 de diciembre de 2001, con el argumento de que iba a dedicarse a tiempo completo a la academia.

En una de las mesas de la cena de la víspera se vio al ex ministro distendido dándole consejos al actual presidente del Central, quien escuchaba con meticulosa atención. Hace unas pocas semanas Cavallo ya le había recomendado a Sturzenegger viajar con él a conocer de cerca cómo funciona el modelo de Perú. “Tiene que viajar a ver cómo funciona la convertibilidad peruana y entender cómo se hacen las cosas en un país en serio”, invitó. Agregó que “el sistema implementado en tiempos de Fujimori convirtió a Perú en la vedette de la región”. En las jornadas de ayer participó el presidente del Banco Central peruano y alentó a que la Argentina insista con el esquema de metas de inflación. Pero no mencionó que en Perú los precios bajos se consiguieron a costa de mantener al 70 por ciento de la población en la informalidad y de un 18 por ciento de desempleo juvenil.

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