Preocupado por la producción y el desempleo, el Arzobispo convocó a la política local. Pidió acordar iniciativas para el aprovechamiento del Puerto y el apoyo al cordón frutihortícola, entre otros puntos.

“LA GENTE ESTÁ MAL Y ME PIDE AYUDA EN LOS BARRIOS”, DIJO “TUCHO” FERNÁNDEZ

“No es ideología, no es macana. Es mucha la gente que está mal y me pide ayuda en los barrios”, dijo monseñor Víctor Manuel Fernández antes de romper en llanto y pedir disculpas por la angustia, mientras tomaba un pañuelo para secarse las lágrimas. La repentina emoción del arzobispo platense dejó en un profundo silencio a los más de 40 representantes de la política de la Región que rodeaban su mesa en la sala de reuniones de la sede de la arquidiócesis.

Por eso los convocó: para elaborar acuerdos que den paso a proyectos concretos que potencien el desarrollo productivo de La Plata, Berisso y Ensenada, fundamentalmente, con ejes en el aprovechamiento del Puerto, la extensión de la ruta 6, la reactivación del aeropuerto y la promoción del cordón florihortícola.

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Lo escuchaban desde el intendente Julio Garro y los presidentes de los Concejos Deliberantes de La Plata, Berisso y Ensenada, hasta concejales y diputados y senadores del oficialismo y la oposición, además de representantes del PJ, la UCR y el PRO, del massismo, el GEN y otros espacios peronistas a nivel regional, provincial y nacional (ver aparte).

La reunión arrancó a las 11 en punto y Fernández la abrió de lleno con su inquietud: “En los barrios me encuentro con laburantes, veo cartoneros que sufren, pequeños emprendedores que no pueden desarrollarse porque nadie les explica cómo. Veo hambre y necesidad. Y me pregunto qué estamos construyendo entre todos para toda esta gente?”. Y agregó: “Hay ideas sueltas por todos lados pero no están articuladas”, en una directa invitación a los distintos sectores que integran la política local a aunar criterios para un trabajo común que dé un impulso económico a la Región.

En primera instancia, surgieron entre los presentes una serie de evaluaciones respecto al agotamiento de la matriz de empleo, basada en gran parte en el Estado, y las dificultades que se presentan para el fomento de la actividad privada, así como la falta de un vínculo fluido con las distintas universidades, instituciones y especialistas que permita aprovechar el aporte de ideas que se conviertan en políticas públicas.

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Se expusieron las dificultades históricas que tuvo el Puerto La Plata y su rivalidad con el Puerto de Buenos Aires, así como la necesidad de encarar con rapidez una obra que proporcione conectividad tanto en ese lugar como en la zona de los parques industriales. Se planteó que es “imperioso” abocarse a políticas que apoyen el desarrollo del cordón frutihortícola y le proporcionen valor agregado. “El Puerto va a cambiarnos la vida siempre y cuando no sea sólo para la importación”, lanzaron en la oposición. Y también se propuso pensar el Puerto en función de una “cuestión geopolítica amplia” que lleve a recuperar nuestro litoral.

Fernández contó que le pidió a la gobernadora María Eugenia Vidal la posibilidad de que el Astillero Río Santiago se aboque a la obra pública. También se anticipó que a fines de este mes se firmará un convenio para regularizar la situación del parque industrial II, que no tiene habilitación.

Fue entonces que desde un sector del oficialismo se evaluó que “todos los gobiernos provinciales y locales de todos los colores políticos hemos tenido la intención. No debe ser un problema tan fácil, sino ya lo hubiéramos hecho”, y se coincidió en que la delicada situación social en los municipios de la Región y la atrasada estructura productiva es “una deuda de la democracia y de la política de todos los partidos”. Por eso, se concluyó en que “deudas tenemos todos, lo que hay que hacer es ponerse a trabajar para saldarlas”, inspirándose en “los puntos de encuentro más que en las diferencias”.

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“UNO SOLO NO PUEDE”

“Tenemos que juntar todo el poder político para avanzar en esto porque uno solo no puede”, propusieron desde un sector del PJ, al tiempo que se pidió “tejer lazos” entre las fuerzas para poder avanzar. “Necesitamos a la Iglesia, a las cámaras empresarias, a los sindicatos, a la Universidad, que nos contienen”, se dijo en un marco de coincidencias. Y se propuso encarar “una metodología para avanzar en una propuesta concreta”.

“Veo hambre. Me pregunto qué estamos construyendo para esta gente”

Fue entonces que varios de los dirigentes presentes advirtieron sobre la realización de otras reuniones de esa índole que acabaron en nada. Se mencionaron algunas propuestas que a lo largo de los años vinieron siendo “reiterativas” sin conducir a concreciones, cuando no “cayeron en saco roto”.

UNA TAREA EN CONJUNTO

En este marco, los presentes acordaron organizar, además de una mesa de diálogo, mesas de trabajo. “Enfoquémonos en los Concejos Deliberantes, la Legislatura provincial y el Congreso nacional”, se ofertó con buena aceptación. Y los tres titulares de los deliberativos de La Plata, Berisso y Ensenada, además de los legisladores provinciales, propusieron realizar la semana que viene reuniones en la que las fuerzas políticas que los integran alcancen todos los proyectos presentados que apuntan al desarrollo productivo y la generación de empleo, con la intención de lograr un consenso e impulsar los más representativos.

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Fue entonces cuando Fernández lanzó una aclaración a su heterogéneo convite: “Yo no tengo ningún interés, una vez que ustedes se organizan yo desaparezco. Sigan solos”. Fueron los propios invitados los que le pidieron a monseñor volver a ser convocados por él. “Queremos traer el resultado de ese relevamiento de proyectos a este mismo lugar, y analizar su unificación en este marco”, dijeron en acuerdo.

Con ese compromiso, luego de dos horas de intensas y múltiples intervenciones, se retiraron. Llevaban en la mano una tarjeta que Fernández les regaló al inicio del encuentro a modo de inspiración: un mensaje del papa Francisco en el que le pide a los jóvenes continuar con los sueños que los ancianos no pudieron concretar.