Fabián Tomasi, el ex fumigador de la localidad entrerriana de Basavilbaso que dedicó los últimos años de su vida a luchar contra los agrotóxicos, falleció hoy tras padecer una neumonía por la que estaba internado desde hacía cinco días. Se le había declarado desde hacía varios años una polineuropatía tóxica metabólica severa, que le causó una disfunción del sistema nervioso periférico. Contrajo la enfermedad a raíz del contacto con los venenos, ya que, según explicó, nadie le advirtió de los riesgos que corría y trabajaba sin protección. Tomasi fue uno de los personajes retratados por el fotógrafo Pablo Piovano, de larga trayectoria en Página/12, en su libro El costo humano de los agrotóxicos, en el que dio testimonio de las consecuencias del uso de los pesticidas.

El ex fumigador había empezado a trabajar con agroquímicos en el año 2005 para una empresa de fumigación aérea, y su tarea, según él mismo contó en varias entrevistas, era abrir los envases que contenían sustancias químicas –entre las que había glifosato–, volcarlo en un recipiente de 200 litros de agua, y enviarlo por una manguera hacia la aeronave para que rociara los campos sembrados con soja. Sobre su trabajo cotidiano contó: «Era verano, trabajábamos en patas y sin remera, y comíamos sandwiches de miga debajo de la sombra del avión que era la única sombra que había en las pistas improvisadas en el medio del campo. La única instrucción que yo recibí fue hacerlo siempre en contra del viento, así los gases no me afectaban».

Piovano, quien compartió mucho tiempo con Tomasi, lo despidió en su cuenta de Facebook. “Buen viaje compañero! Hasta la victoria”, escribió.

Tomasi también es el protagonista del libro Envenenados, del periodista y escritor Patricio Eleisegui, que lo convirtió en un símbolo mundial de la lucha contra los agrotóxicos. Eleisegui, el autor del libro, también le dedicó unas palabras de despedida en su cuenta de Twitter: «Falleció Fabián Tomasi. En Basavilbaso, Entre Ríos. Historia clave de mi libro Envenenados, los agrotóxicos minaron su salud hasta este final. Se va un símbolo de la lucha contra las fumigaciones. Alguien determinante a la hora de entender este modelo que mata.»