Los grandes medios argentinos se caracterizan por no saber distinguir lo esencial de lo secundario. De ello acaba de dar una muestra el cubrimiento que hicieron de la gira por la región del secretario de Defensa de EEUU general James Mattis, y su segundo Sergio de la Peña. Quienes confirmaron que la deuda externa es un mecanismo para despojar a los países de su soberanía. Lo cual proviniendo de quienes lo dicen es una confesión trascendental, que no obstante pasó desapercibida para los editores argentinos.

Por Javier Llorens – 23/8/2018

A confesión de parte relevo de pruebas, dice un dicho abogadil extensamente usado. Y esto es lo sucedió con las frontales declaraciones que efectuó recientemente el secretario de Defensa general James Mattis, a los periodistas que viajaban con él en Jumbo 747 oficial, que despegó de la Base Andrews cercana a Washington, y aterrizó pocas horas después en Brasilia. Especialmente acondicionado para uso militar, sin ventanas, con pantallas gigantes, computadoras, y sofisticados equipos de comunicación manejados por personal uniformado,.

La periodista de Clarín Paula Lugones recogió sus dichos, que fueron publicados por Clarín con el anodino título, James Mattis, el jefe del Pentágono, inicia una gira por la región y el martes llega a la Argentina” (13/8/18). Y copete, “Es el primer viaje que hace a Sudámerica. Llegó el domingo a Brasil. En Buenos Aires será recibido por el ministro Oscar Aguad. ¿A qué viene?”

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El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis (der)

 “Se han visto poderes externos actuando en Latinoamérica”, dijo Mattis a los corresponsales a bordo de su avión, pero rechazó que la relación de otros Estados con Beijing y Moscú suponga un ataque a Washington. “No veo lo que otros países están haciendo con otras naciones como algún tipo de ataque en nuestra contra. Esas son decisiones soberanas tomadas por Estados soberanos”.

“Mattis señaló, sin embargo, que la situación podría ser preocupante si los estados perdieran soberanía. “Existe más de una manera de perder soberanía en este mundo… puede deberse a países que llegan con regalos o préstamos”, dijo Mattis en clara referencia al gigante asiático, que en los últimos años ha multiplicado su inversión en Latinoamérica.”

“No queremos ver a los países recibiendo grandes préstamos que luego no pueden pagar y pierden soberanía política. O los grandes proyectos en los que los países no pueden colocar a sus trabajadores locales. Queremos que cada país decida lo suyo”, dijo. El ministro resaltó, sin embargo, que por las conversaciones que habían mantenido con sus colegas en los países que visita en esta gira, “hemos visto cero impacto de China o Rusia”.es respecto el mecanismo de la deuda externa, no pareció llamar la atención de los editores de Clarín, y fueron absolutamente ignoradas por los editores del diario LA NACION. Y como para que no quedaran dudas, días posteriores su segundo, el subsecretario Sergio de la Peña, insistió con la cuestión, que en realidad es una lisa y llana confesión.

La que sin embargo nuevamente fue ninguneada por los editores de  Clarín, en la entrevista que le realizó Lugones, publicada con el título, “Estados Unidos busca que China opere con transparencia en la región latinoamericana”. Y copete, “Lo dijo a Clarín Sergio de la Peña, el subsecretario adjunto de Defensa. Balance sobre la reciente gira por Sudamérica del Jefe del Pentágono” (19/08/2018).

Encabezados que revelan el verdadero motivo de esas inusuales confesiones, al advertir que su  adversario global, la República Popular de China está empleando la misma potente arma del endeudamiento, que la potencia hegemónica mundial usó a lo largo de 45 años. Tras la creación de los petrodólares en 1973, en el marco de la guerra árabe israelí.

La que previamente había sido empleada por el Reino Unido a lo largo de un siglo, desde 1815 en adelante, con la “política de la libra esterlina”. Siendo el instrumento principal de su  “informal empire” o “imperio informal”, conocido también como  neocolonialismo. Consistente en  emplear medios indirectos de dominio sobre otros países, con los extendió su área de influencia hacia todo el planeta.

Lo que pocos saben es que este surgió con toda su potencia, en reemplazo del colonialismo de derecho conocido hasta entonces, tras el fracaso de extender formalmente este último con las invasiones inglesas a Buenos Aires en 1806 y 1807. Ese estrepitoso fracaso militar, propinado en una ciudad marginal a las tropas del Reino Unido por una milicia apoyada por sus habitantes, llevó a los ingeniosos líderes del Reino Unido encabezados por George Canning, a idear otras formas de dominio sobre las ex colonias españolas de América. Ante la consideración de que no tenían suficiente sangre inglesa para andar derramándola en el mundo, en aventuras coloniales tradicionales.

Y así pocos años después estas colonias encabezadas por Argentina, proclamaron su independencia ante el mundo. Y el Reino Unido las reconocía como países soberanos, a la par que contraían deudas externas que los hacían dependientes de él. Que en el caso argentino se corporizó con la deuda de la Baring Brothers, que recién se  canceló en el siglo siguiente. Pasando a ser así Argentina después de algunas décadas, una economía complementaria del Reino Unido,  abastecedora de alimentos baratos para sus obreros, para sostener la competitividad de sus industrias.

Por esa razón en las cuestiones financieras de las deudas externas, EEUU y el Reino Unido operan en yunta, siendo las dos principales metrópolis financieras del mundo Londres y Nueva York. De allí la enorme importancia de la confesión de la autoridad de Defensa de EEUU, el general Mattis, confirmada por el subsecretario de origen mexicano de la Peña.

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Subsecretario de Defensa de EEUU, Sergio de la Peña

A la pregunta de Lugones “¿Cree que, después de la gira regional de Mattis, China reaccionará ofreciendo aún más cosas?” de la Peña contestó: “Es muy difícil saber qué piensan los chinos. Lo que sí vemos es que están incrementando su presencia en todo el mundo. La única preocupación que nosotros tenemos con los chinos es que hay países que se endeudan a un nivel que no es sostenible y eventualmente, cuando empiezan a aplazar los pagos, están perdiendo soberanía. Porque la gente se puede sobreendeudar y eso quiere decir que la persona con la cual uno está endeudado tiene control de ciertas cosas de soberanía.

Estos altos funcionarios de EEUU se referían así al swap de monedas por once mil millones de dólares, que durante el anterior gobierno el Banco Central pactó con la República de China. Al que el actual Gobierno no solo renovó, sino que actualmente está tramitando una ampliación por otros cuatro mil millones, para tratar de hacer frente a las corridas hacia el dólar. Swap o canje de monedas que ahora el FMI exige que el Banco Central lo registre directamente como deuda, ante la total carencia del valor del peso.

Peña se refería también al financiamiento de grandes obras públicas por parte de China, como las represas de Santa Cruz, y gasoductos en Córdoba.  Además de tres centrales nucleares, que el actual Gobierno canceló, aduciendo estrecheces presupuestarias. Cuando en realidad debe haber sido una exigencia de EEUU que  China no financiara ni se inmiscuyera en esa área de tecnología tan sensible, cuando ya la instalación de la base espacial China en Bajada del Agrio en Neuquén, había colmado el vaso de la paciencia estadounidense. Máxime que ahora su presidente Donald Trump ha anunciado la creación de su sexta fuerza armada, la Fuerza Espacial.

Esas declaraciones por parte de esos altos funcionarios de la defensa de EEUU, son un verdadero contrasentido al detentar en estos momentos Argentina, una enorme deuda pública en veloz crecimiento, que a fines de marzo pasado, antes de pedirle otros 50 mil  millones al FMI,  alcanzaba los 331 mil millones de dólares, a favor esencialmente de acreedores estadodounidenses.Deuda externa, James Mattis, secretario de Defensa de EEUU general, mecanismo, soberanía, FMI, Bancos

A la par que por efecto de la devaluación, el PBI en dólares se reducía aceleradamente. De tal manera que conforme los ratios que se manejan habitualmente en relación con las deudas públicas, la de Argentina ha pasado ser ahora claramente una deuda impagable para con EEUU y su moneda. Dado que su PBI de 12 billones de pesos corrientes, con un tipo de cambio a $ 30, ha caído a solo 399 mil millones de dólares.

Esto representa que el total de la deuda pública equivale a 83 % del PBI, cuando el máximo aconsejable es el 60 %. A su vez la deuda en moneda extranjera, que representa el 70 % del total de ella, equivale al 58 % del PBI, siendo su máximo aconsejable el 30 %. Y su deuda perentoria con acreedores privados en moneda extranjera, supera incluso ese porcentaje, al trepar al 37 % del actual PBI.

Siendo esta la verdadera razón por la que Argentina vio cortado el financiamiento externo, lo que desesperadamente obligó al actual Gobierno a caer bajo la órbita y mandato del FMI, un organismo en el que EEUU tiene poder de veto y mayoría accionaria. El que es altamente cuestionado en todo el mundo, y con sus recetas fue el gran responsable de la catastrófica crisis argentina del año 2001.

El cual con un enorme recorte de nuestra soberanía, bajo la apariencia de una Carta Intención firmada por nuestras autoridades, le ha impuesto al país un feroz plan de ajuste. Que nada tiene que ver con las necesidades e idiosincrasias de nuestro país, razón por la cual de una manera u otra, su fracaso que ha comenzado a trascender, está asegurado.

El cáncer de la deuda

Y este panorama no solo es local, sino también mundial. En una nota que bien podría llevar el título “El cáncer de la deuda externa”, el experto español Hedelberto López Blanch, recientemente escribió una nota en el medio español “Tercera Información” (17/08/2018) donde dice:

La deuda global se ubicaba en 2016 en 164 billones de dólares el equivalente al 225 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y es que en los últimos diez años ha aumentado, en el sector público y en el privado.

El informe del Monitor del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2018 asegura que el orbe ostenta un 12 % mayor de su deuda que en el pico anterior de 2009. Para el 2017 la deuda de la zona euro estaba en 71 % del PIB, en Estados Unidos en 82,3 %, y en Japón 153,3 %.

La problemática principal es que los préstamos otorgados por organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros, lejos de favorecer el desarrollo de los países endeudados son proyectos que los integran en el mercado mundial para servir a los intereses de las transnacionales y de la banca.

Son programas de ajustes estructurales dirigidos, según sus discursos oficiales, a restablecer el equilibrio financiero de los países que están en dificultades, pero realmente se tratan de conciliaciones que buscan ante todo, favorecer a los mercados financieros.

El BM y el FMI imponen la apertura de la economía a fin de atraer capitales lo que trae consecuencias negativas para la población y la economía. La pobreza se generaliza con rapidez, los criterios macroeconómicos privilegiados por las instituciones financieras no permiten de ningún modo mejorar el bienestar general de la población pobre, por eso se considera que la deuda es un elemento circunstancial con el funcionamiento de la economía capitalista, pero en realidad es un mecanismo por el cual todos los Estados, desarrollados o no, pierden soberanía frente al sector financiero.

Michel Hudson uno de los ocho especialista que predijo la crisis mundial de 2008 afirmó que la economía está rota para el 99 % de la población mundial, y que el sector financiero ha tomado el control de la economía y la exprime hasta el punto de asfixiarla. Puntualizó recientemente que la próxima debacle económica que se avecina la producirá la deuda acumulada en moneda extranjera y si el costo del dólar sube, van a tener que pagar más en su moneda nacional para cubrirla.

Detengámonos ahora en Latinoamérica donde en 1985 se estimaba que el pago de intereses por la deuda ascendía a 40.000 millones de dólares anuales, mientras que la fuga de capital neto estaba calculada en más de 55.000 millones de dólares y la deuda total en más de 360.000 millones de dólares.

En 2012, el endeudamiento de los gobiernos de la región se cifraba en 29,4 %, en 2017 se elevó a 43,3 % y se proyecta que para 2023 sea de 52,7 %. Según la Comisión  Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el aumento de la participación de las economías empobrecidas en el mercado de bonos ha contribuido a aumentar su nivel de endeudamiento.

Chile sobresale por su nivel de deuda externa en relación con el PIB que es del 60 %. Los pasivos del país medidos en valores y la deuda aumentaron en 38.000 millones de dólares en los últimos cuatro años.

Punto y aparte es el caso de Argentina que de 2014 a la fecha los pasivos externos subieron de 145.000 millones a 249.000 millones de dólares, es decir, un incremento de 104.000 millones. En términos de PIB, indica que la deuda pasó del 25 % a más del 43 %. El 90 % del endeudamiento se generó a partir de 2016 con el cambio de la política económica del país, el acuerdo de pago a los fondos buitres, y una vía libre para la colocación de nuevos bonos en los mercados internacionales.

En cuanto a Colombia, los pasivos con los acreedores internacionales pasó de 101.000 millones a 132.000 millones de dólares y en términos de PIB se elevó del 27 % al 39 %. El país incrementó sus desequilibrios comerciales un factor potenciado por la caída del precio internacional de los combustibles por lo que debió recurrir al endeudamiento para poder cerrar las cuentas macro. La falta de industria colombiana obligó a apelar a las importaciones de gran parte de los bienes de consumo masivo.

En tanto, México observó un aumento de la deuda externa de 286.000 millones a 467 000 millones de dólares, que pasó a representar del 22 % a 38 % del PIB. Para Brasil se estimó para este año una deuda externa de 331 000 millones de dólares, nivel similar a la registrada en 2014 y que representa el 15 % del PIB. Esta cifra se ha mantenido debido a la indiscriminada privatización que de momento permitió obtener fondos al gobierno pero que traerá graves consecuencias para la población y para la soberanía nacional.

El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) detalla que los ajustes financieros suelen ser la gran amenaza para la región porque la deuda aumenta mientras avanzan los desequilibrios comerciales y la fuga de capitales lo que compromete la estabilidad externa de la economía latinoamericana.-